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El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, apeló ayer a los fracasos de su experiencia histórica de apoyo a anteriores gobiernos, tanto del PSOE como del PP, para justificar la abstención de su grupo en la investidura de Zapatero. Duran i Lleida aseguró que «nuestra libertad de acción se percibirá mejor si nos abstenemos» y le exhortó a que al final de la legislatura «hayamos podido coincidir en lo esencial», algo que cree sería bueno para España y Catalunya.

A continuación analizó con extrema dureza la última legislatura del PP, en la que recordó que con su respaldo a la investidura de Aznar, CiU había tratado de comprobar, como antes hizo con el PSOE, si era capaz de entender la presencia del «nacionalismo catalán integrador» en la política nacional. Duran i Lleida dijo a Zapatero que tiene en sus manos «ganarse nuestra confianza», pero le advirtió de que «ni el diálogo garantiza por sí mismo el acierto de las políticas, ni la búsqueda del consenso su obtención».

El diputado nacionalista no ocultó su «decepción» respecto a los compromisos adquiridos por el candidato del PSOE para avalar la modificación del Estatuto, y trasladó también su «escepticismo» ante las promesas de Zapatero. Recordó que, de acuerdo con su programa electoral, CiU no podría apoyar a Zapatero ni tampoco a Rajoy, porque había anunciado que no suscribiría pactos de gobierno con el PSOE ni con PP.

En esta línea, le planteó aquellos retos que a su juicio exigen mayor consenso -como la lucha contra el terrorismo, el respeto a la «realidad plurinacional y plurilingüística de España», o la política exterior-. Sobre Irak, pidió a Zapatero que «actúe con audacia» para trabajar en favor de un nuevo escenario «con la necesaria presencia militar» que garantice la paz, pero bajo mando de la ONU.