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Rajoy advirtió ayer durante su discurso en el debate de investidura que el Gobierno de Zapatero será «débil e inestable» por depender de otras formaciones, que carece de rumbo claro y genera desconfianza, le reprochó que no haya concretado sus propósitos para el próximo gobierno, aunque atribuyó esa «ambigüedad» a la «variedad de apoyos que precisa», al tiempo que le acusaba de falta de transparencia por no desvelar si tiene compromisos adquiridos con los grupos para que le apoyen. Su conclusión es que Zapatero «debe contar con algo más», en referencia a acuerdos con los partidos que le votarán en la investidura, porque cree que, de lo contrario, no se puede tomar en serio que pretenda gobernar cuatro años en esas condiciones.

El dirigente popular trató en todo momento de poner en evidencia lo que considera que son las contradicciones de Zapatero y le exigió una respuesta clara sobre lo que quiere hacer en materia antiterrorista, en la reforma de la Constitución, de los Estatutos de autonomía, con el bienestar de los españoles y la posición internacional.

En su opinión, la voluntad de diálogo de su contrincante político «no es por virtud» sino «por necesidad». «Nos parece bien su urbanidad y sus buenos propósitos, pero nos importan más sus compromisos si es que existen». También exigió al próximo presidente que explique el «precio que va a pagar» por los apoyos y a quién se lo va a pagar.

Tras anunciar una oposición «exigente y constructiva», ofreció a Zapatero el apoyo del PP y «sin contrapartidas» para que no «hipoteque» a los españoles con los apoyos que pueda necesitar, en asuntos como la lucha contra el terrorismo, la defensa de la estabilidad constitucional, los avances de la economía y el prestigio internacional.