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El ceutí Hamed Abderrahman Ahmed, «Hmido», extraditado a España en febrero desde la base militar estadounidense de Guantánamo (Cuba), dijo ayer al abandonar la prisión madrileña de Alcalá Meco tras quedar en libertad bajo fianza: «soy inocente y no soy terrorista».

Así lo manifestó en declaraciones a los periodistas a la puerta de la cárcel el joven ceutí, quien nada más ser puesto en libertad, se fundió en un abrazo con su hermana en presencia de sus dos abogados Marcos García Montes y Javier Nart.

Las primeras palabras de Ahmed fueron de agradecimiento al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, quien ayer lo dejó en libertad, al tiempo que dijo estar «muy contento de estar de nuevo en España».

«Hmido», quien vestía ropa deportiva y llevaba al hombro un petate que le dieron los estadounidense, se mostró en contra del terrorismo por ser, dijo, contrario a los principios islámicos.

Insistió además en que es «totalmente inocente, sólo estuve en el lugar inadecuado en el momento inadecuado», y recordó que cuando se produjeron los atentados del 11-S en Estados Unidos fue cuando le detuvieron en Pakistán.

Al ser preguntado por los atentados del 11-M afirmó que «ese tipo de barbaridades no tienen justificación» y añadió que «matar inocentes no lo entiende nadie, está en contra de toda religión y de toda persona que piense bien».

«No me considero terrorista, no odio a nadie ni tengo rencor a ninguna religión ni etnia. Mi familia me educó en la tolerancia», subrayó Ahmed, al reiterar que, «el tiempo demostrará que soy inocente y que soy un chico normal».

Por su parte, sus abogados anunciaron que tienen previsto emprender acciones contra la Administración estadounidense para pedir responsabilidades por lo que calificaron de «detención ilegal» de su defendido, y contra el propio presidente de EEUU, George Bush, «por ser quien ordenó su detención en la base militar». Los abogados anunciaron que tienen previsto presentar una denuncia contra Estados Unidos por esta detención.

En el auto de libertad dictado ayer el juez Garzón alude a la «detención arbitraria» que sufrió el ceutí a manos de los autoridades norteamericanas y al hecho de que sus abogados defensores hayan aportado documentos que acreditan su integración laboral y familiar.