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El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, dijo ayer que el déficit del Estado se aproximará este año al uno por ciento del PIB, a pesar de lo cual aseguró que no tiene «ningún interés» en restringir la actividad de ningún ente público.

Tras intervenir en la escuela de verano organizada por el diario El País, la Universidad Autónoma y la Fundación BBVA, Solbes explicó que, debido a las desviaciones de gasto no incluidas por el anterior Ejecutivo en el presupuesto de este año, el déficit del Estado se situará cerca del uno por ciento del PIB y no en el 0,4 por ciento previsto inicialmente, aunque reseñó que todavía es muy difícil precisar el importe exacto.

Para el año que viene, sus previsiones «siguen siendo las mismas», con un aumento del límite de gasto del 6,2 por ciento respecto al 2004, «que nos debería dar un superávit de aproximadamente una décima» para el conjunto del sector público, tal y como recoge la última actualización del Programa de Estabilidad.

En relación con los entes públicos como AENA y GIF, cuyo elevado endeudamiento puso de manifiesto en el último Consejo de Ministros, incidió en que no planea restringir su actividad, aunque advirtió de que algunas entidades «verán revisada su actuación», pues seguir ampliando su margen de endeudamiento implica riesgos, especialmente si se modifican los criterios contables de Eurostat.

El vicepresidente rechazó hablar de «déficit oculto» por parte del anterior Gobierno, pero reiteró que se han detectado «problemas de transparencia» en las cuentas públicas y, respecto a la ratificación de las mismas por parte de Eurostat, dijo que la oficina estadística de la UE «sólo valida lo que le mandan» y recordó que, en ocasiones, ha cuestionado algunos conceptos del presupuesto español.

En su conferencia, el ministro analizó la evolución de la economía española los últimos años y reiteró la necesidad de modificar el modelo de crecimiento, con una apuesta decidida por la productividad.