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El ministro del Interior, José Antonio Alonso, está convencido de que la batalla contra el terror hay que afrontarla «siempre sin miedo» y sin ceder «nunca al chantaje de los terroristas», que no deben «tener voz ni voto» en las sociedades democráticas.

El ministro muestra su confianza en «localizar y detener» a todos los implicados en el 11-M, «incluidos los que pueden estar relacionados con ramificaciones internacionales».

El titular de Interior asegura que las fuerzas de seguridad, en esa «ardua» tarea, están en «máxima alerta» y «sin bajar la guardia» ante el riesgo del terrorismo internacional de raíz islamista y también ante el de ETA.

En sus declaraciones, Alonso afirma que la actual relación con Estados Unidos en materia de seguridad es «muy buena», espera que la comisión del 11-M «sea útil» y anuncia que la lucha contra el terrorismo islamista contará en otoño con 300 nuevos agentes especializados, lo que triplica los actuales efectivos.

Insiste Alonso en que «todos los indicios y datos objetivos» de la investigación de los atentados de Madrid conducen a la autoría del terrorismo de base islamista «y ninguno a otra».

En el caso de ETA, Alonso advierte de que «debemos tener claro que si no atenta es porque no puede» y «cualquier otra consideración sería debilitante en la lucha contra ella».

«No hay que bajar ni lo más mínimo la guardia y hay que estar absolutamente atentos y alertas ante su amenaza», «también actuando en el entorno presionando con los mecanismos legales del Estado de Derecho», recalca.

No cree el ministro que haya que hacer consideraciones de cómo pueden responder los terroristas a decisiones del Gobierno en política internacional, como el envío de tropas a Afganistán o la retirada de los soldados en Irak, pues con ello «estaríamos entrando en ese chantaje que la sociedad democrática tiene que rechazar de plano».