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EUROPA PRESS-TOLEDO
El ex general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo abandonó a las 19:20 horas de ayer la prisión de Ocaña II, donde cumplía condena por el asesinato de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala en octubre de 1983.

El ex general de la Benemérita ingresó en prisión en mayo de 2000 para cumplir la condena de 71 años de cárcel que le impuso la Audiencia Nacional. El Supremo le elevó, en julio de 2001, la pena en 4 años al aplicarle la agravante de prevalimiento del carácter público de su cargo en el delito de secuestro.

Poco antes, un turismo con los cristales tintados en el que viajaban sus escoltas llegaba a las puertas de Ocaña II. Mientras uno de los agentes accedía al centro penitenciario con una carpeta con documentación, otro introducía el coche hacia el interior del recinto. A las 19:20 horas, el coche salía de la prisión con Rodríguez Galindo en su interior en dirección a su domicilio.

La excarcelación de Rodríguez Galindo responde a la decisión tomada el pasado miércoles por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias por motivos de salud, por lo que el ex general del Instituto Armado cumplirá el resto de la condena en su domicilio. Esta decisión no implica la concesión del tercer grado para Rodríguez Galindo.

Galindo, que previamente había cumplido diez meses de prisión preventiva durante la instrucción del sumario del «caso Lasa-Zabala», ingresó en mayo de 2000 en la prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid).

Hasta el 13 de julio de 2003 no fue trasladado a la prisión civil de Ocaña (Toledo), a pesar de que quince meses antes se había publicado su pérdida de condición de militar como consecuencia de la sentencia. El ex general recurrió su condena al Tribunal Constitucional, que en julio de 2002, rechazó por siete votos a cinco su recurso de amparo.