El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, justificó ayer
su decisión de acudir a la celebración del 12 de octubre en Madrid,
frente a las críticas de ERC, ICV y CiU, asegurando que ésta vez
«se plantea de una manera diferente, no como una afirmación de un
Estado español de carácter prepotente u ofensivo».
Maragall ha admitido que «ha habido críticas de aquí y de allá»
respecto a su participación en la Fiesta Nacional española pero que
ha decidido ir «porque se plantea de una manera diferente y no como
una afirmación del Estado español de carácter prepotente u
ofensivo».
Además de CiU, los socios del PSC en el gobierno tripartito, ERC
e ICV, han criticado la participación de Maragall en el desfile del
Día de la Fiesta Nacional en Madrid, entre otros motivos, por la
presencia en la marcha de veteranos de la División Azul, al lado de
veteranos de la División Leclerc que liberaron París, donde habían
soldados de la República.
El presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, ha reprochado a
Maragall su presencia en Madrid, ya que, a tenor de la atención que
dan a Cataluña los Presupuestos Generales del Estado y al
reconocimiento que hay en el Estado de los diferentes pueblos que
lo conforman, «nadie moralmente en nombre de Catalunya debería ir a
Madrid a ninguna fiesta porque no hay nada que celebrar».
A su juicio, «el hecho de que el Estado español tres días
después esté en Catalunya para homenajear la figura de Lluís
Companys el día de su fusilamiento es un signo de que andamos hacia
el mismo sentido».
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