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La Conferencia Episcopal Española aprobó ayer una nota acerca del referéndum sobre la «Constitución para Europa» en el que avala la «legitimidad» de todas las opciones de voto. No obstante, en un amplio argumentario en el que enumera los aspectos positivos y negativos del texto, la jerarquía católica pondera los aspectos que aconsejan un voto en contra, en blanco e incluso la abstención por parte de sus fieles.

Los obispos tienen «claro» que los firmantes del tratado favorecerán el proceso de integración de la Unión con lo que ello comporta: consolidación de la paz; desarrollo económico y social y cooperación más eficaz contra el terrorismo. Asimismo, valoran de manera positiva los principios de subsidiaridad, proporcionalidad y de control judicial y la libertad religiosa.

Este fue uno de los temas abordados en la CXCVIII reunión de la Comisión Permanente. Para los obispos, el contenido de la Constitución «presenta el elementos positivos y negativos cuya valoración de conjunto no es fácil de precisar», tal y como destacó el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino».

Ahora bien, los obispos hubieran deseado «ver definido sin ambigüedad» el derecho a la vida. Así, critican el hecho de que no se excluya la investigación con embriones humanos, el aborto, la eutanasia o la clonación terapéutica.

Además, la Iglesia Católica exige una tutela mayor del matrimonio y la familia y la protección del derecho a los niños a no ser adoptados por parejas homosexuales.