Ana Pastor, Ángel Acebes y Mariano Rajoy, durante la reunión de la junta directiva nacional del PP.

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«A partir de hoy sólo se habla de futuro». Ése es el mensaje que el PP escuchó de su presidente, Mariano Rajoy, en la primera junta directiva del partido tras las vacaciones de verano. Rajoy quiere olvidar polémicas y enfrentamientos internos y centrarse en los próximos compromisos electorales. Rajoy ve al PP en condiciones de batir al PSOE no sólo porque, a su juicio, cuenta con un mejor equipo sino también por la «relevancia cero» y el nulo crédito» de muchos miembros del Gobierno.

Y a eso habría que añadir la polémica abierta en su día por el presidente del PP catalán, Josep Piqué, que pidió una diversificación de rostros para recuperar al electorado de centro y vinculó a Zaplana y Acebes con el pasado del partido. Rajoy no hizo mención a esta polémica, pero anunció que será Acebes quien presente el próximo mes la convención que el PP celebrará en enero. El PP, según su máximo dirigente, está en condiciones de recuperar La Moncloa. Basó su afirmación en «lo que reflejan las encuestas y el análisis numérico de las elecciones habidas» y en que, a su juicio, su partido tiene mejor equipo y programa que el PSOE, algo que contrastó con «el crédito cero y la relevancia de la mayor parte de miembros del Gobierno.

Rajoy aseguró ante la dirección de su partido que «lo que pasó en su día ya ha pasado y no ha sido bueno», y por eso pidió a los populares que hagan «cruz y raya de lo que pasó». No especificó más, pero lo cierto es que los últimos tiempos no han sido fáciles para el PP. Tras la derrota que el propio Rajoy sufrió en las elecciones generales, tampoco pudo remontar el vuelo en las europeas pese a no cosechar un resultado muy negativo. Mucho peor le fue en las elecciones vascas y en las gallegas, en las que, pese a que el PP fue el partido más votado, Manuel Fraga perdió la Xunta.

Ahora el PP, según Rajoy, debe «hacer oposición» y plantear alternativas a los proyectos del Gobierno. Y aunque antes llegarán las elecciones autonómicas y municipales de 2007, que el líder popular cree que hay que preparar «desde ya», Rajoy no pierde de vista las generales de 2008.

La convención de enero, según explicó, no supone una supresión del congreso del partido, sino que pretende apostar por los nuevos retos de la sociedad española y ampliar el PP con la participación de la sociedad en los debates. En la convención se tratarán los asuntos habituales, desde la política europea hasta la lucha contra el terrorismo, pasando por el papel del Ejército o la forma en que se atienden las crisis en España. En este punto, Rajoy mostró sus dudas sobre «algunas cosas que se han hecho y de la eficacia de los planteamientos de algunos dirigentes políticos».

Y, por supuesto, se hablará del modelo de Estado. El líder popular aseguró que no es el momento de pelear por competencias, sino de ver qué se puede hacer de forma conjunta. Los partidos políticos, explicó, deben resolver problemas y no debatir sobre «dónde manda cada uno, porque al final puede ocurrir, como hemos visto este verano, que no manda nadie y no se resuelva nada».