El Producto Interior Bruto (PIB) creció el 3'5 por ciento en el
tercer trimestre de 2005 respecto al mismo periodo del año
anterior, según el último boletín económico del Banco de España,
difundido ayer.
No obstante, el Banco de España aprecia un cierto cambio de
tendencia en la evolución de los principales componentes del gasto,
ya que la demanda interna ha empezado a moderarse, mientras que el
fuerte deterioro del sector exterior apunta una corrección, si bien
no ha sido suficiente para contener la ampliación de las
necesidades de la financiación.
Este crecimiento «muy positivo» se «sustentó» en el dinamismo de
la demanda interna, al tiempo que la demanda exterior neta continuó
contribuyendo «de manera muy negativa» al incremento del PIB.
En el informe se destaca que en el tercer trimestre se mantuvo
el fuerte dinamismo de los servicios y de la construcción, mientras
que el valor añadido de la industria manufacturera siguió
experimentando tasas de crecimiento muy moderadas, que apenas
alcanzan el uno por ciento. El Banco de España también subraya que
el crecimiento de las ramas agrarias y pesqueras se vio afectado
negativamente por la sequía.
En cuanto al empleo, medido en puestos de trabajo equivalentes,
siguió aumentando a un ritmo elevado del 3'2 por ciento, mientras
que sus principales indicadores tienden hacia una estabilización en
tasas de expansión elevadas, como lo demuestra la EPA del tercer
trimestre con un avance de los ocupados del 5'1 por ciento.
El Banco de España atribuye a la escasa flexibilidad salarial el
diferente empleo creado en las CC.AA. Respecto a la tasa de
actividad, en Balears, Madrid o Cataluña es más elevada que la
media -con niveles superiores al 60%-, mientras que en Asturias y
Extremadura se sitúa en torno al 50%.
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