Zapatero saluda a Carod en presencia de Manuela de Madre y Artur Mas. Foto: STRINGER/REUTERS

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El presidente de CiU, Artur Mas, la portavoz del PSC en el Parlamento catalán, Manuel de Madre, y el presidente de ERC, Josep Lluis Carod Rovira, abrieron ayer el debate de toma en consideración por parte del Congreso del nuevo Estatut de Catalunya. Todos ellos hicieron alusión a que la propuesta viene respaldada por una amplísima mayoría del parlamento. También hubo referencias, con diferentes matices, a la condición de «nación» de Catalunya que recoge el proyecto y que es uno de sus aspectos más polémicos.

Así Carod Rovira subrayó que detrás del nuevo Estatuto hay todo un pueblo y «una nación que no piensa dejar de serlo», mientras que De Madre señaló que el nuevo texto estatutario servirá, entre otras cosas, para decir que «somos una nación». La diputada socialista matizó que eso no supone negar la existencia de la nación española, una «nación de naciones» que saldrá enriquecida de este proceso. El primero de los representantes del Parlamento catalán en intervenir fue Artur Mas, quien pidió al Congreso que actúe con «sentido de Estado, con mayúsculas», «sin engañar a la gente» y «huyendo de 'politiquerías' de corto recorrido».

Mas dijo que se podrá estar o no de acuerdo con el Estatuto, votar sí o no, recurrir al Constitucional, pero «no se puede engañar y atemorizar a la gente diciendo que el Estatut rompe España y presentando a los catalanes como pedigüeños e insolidarios que quieren quedárselo todo». Aseguró que defendería el texto de Estatuto aprobado por el Parlamento catalán «en su integridad». «No deseamos el fracaso» y «tan fracaso sería que no saliera de las Cortes o que saliera de una forma que no fuera asumible por el Parlamento de Catalunya».