El boicot contra los productos catalanes no conseguirá que
Catalunya y su Parlament renuncie a sus «aspiraciones legítimas».
Así lo aseguró ayer el president del la Generalitat, Pascual
Maragall, que además aprovechó para avisar a los promotores de esta
iniciativa que se volverá en su contra. También auguró que de
cuajar el boicot, al que se refirió por primera vez, tendría unas
consecuencias nefastas para Catalunya y para España, ya que «ataca
y rompe la unidad de mercado».
«Siempre se gana con el diálogo, pero renunciar, de entrada,
nunca», precisó. En todo caso Maragall se mostró optimista respecto
al poco eco que a su juicio va a cosechar la iniciativa contra los
productos catalanes porque «el pueblo es profundamente sabio y, a
veces, más que los propios políticos». «Los ciudadanos de este país
que es España no se dejarán engañar por las posiciones que les
están proponiendo», sentenció.
Durante su visita a la cuna del cava catalán, Sant Sadurní
d'Anoia, Maragall aseguró que «ni unos ni otros renunciaremos a
consumir productos de calidad ni de aquí ni de allí y las
propuestas catalanas tampoco se verán afectadas por este tipo de
chantaje». El presidente catalán dijo estar dispuesto a discutir e
incluso a ceder si es necesario, pero «nunca a renunciar».
Al boicot también se refirió ayer el secretario de Estado de
Comunicación del Gobierno, Fernando Moraleda, que aconsejó
«aumentar la pedagogía» como antitodo para frenar esta iniciativa.
Moraleda afirmó que el llamamiento a no consumir productos
catalanes sólo se puede entender «desde el sectarismo» y señaló que
«no es coherente brindar con cava y dar la razón luego a los que
promueven el boicot», en una clara alusión al brindis que el pasado
viernes protagonizaron junto a otras personalidades el secretario
general del PP, Àngel Acebes y la presidenta de la Comunidad de
Madrid, Esperanza Aguirre.
El secretario de Estado de Comunicación pidió también respeto y
tiempo para las negociaciones sobre el Estatut, ya que «en un
camino tan importante, tan complejo y tan determinante para el
futuro de varias generaciones no nos debe extrañar que surjan
dificultades», aunque «estén inscritas en la lógica de la
democracia».
De otra parte, el secretario general de CiU y líder de Unió,
Josep Antoni Duran Lleida, ve «positivo» celebrar una «cumbre
discreta» entre el llamado «cuatripartito» catalán -CiU, PSC, ERC e
ICV- y el PSOE para analizar el Estatut, después de que la próxima
semana se «intensifiquen» los contactos con el PSOE.
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