Juan Antonio Martínez Camino, secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal Española.

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La Unión Europea quiere que la Iglesia pague el IVA en España. La Comisión envió ayer la que es su última advertencia antes de denunciar a nuestro país ante el Tribunal de Justicia de la UE por la exención del impuesto de la que goza aquí la institución religiosa.

La pelota está ahora en el tejado del Gobierno español que tiene un plazo de dos meses para responder antes de que el Tribunal Superior Europeo entre a decidir sobre el caso.

En el dictamen motivado que el Ejecutivo comunitario envió ayer al Gobierno español se asegura que esta exención del IVA vinculado «a las entregas de bienes muebles e inmuebles vinculados a la actividad religiosa efectuadas a la Iglesia Católica» no está autorizada de acuerdo a la normativa comunitaria, aunque Bruselas también deja claro que España podrá pactar con la Iglesia la compensación económica que estime oportuno a cambio de los impuestos que ésta pague.

Las autoridades comunitarias «no impedirán a España mantener el resultado financiero final compensando a la Iglesia Católica por una parte o la totalidad del impuesto que pueda tener que pagar a las autoridades fiscales españolas. Será exclusivamente España quien deberá decidir esta cuestión», señala la Comisión en su comunicado. En España, las entregas de bienes muebles e inmuebles vinculados a la actividad religiosa efectuadas por comerciantes con destino a la Iglesia Católica están exentas del IVA. Ninguna disposición de la directiva europea reguladora del IVA permite dicha exención, y las autoridades españolas así lo han reconocido.

No obstante, el Gobierno español ha declarado que el fundamento jurídico de la exención está en el «Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre Asuntos Económicos», un acuerdo internacional celebrado con anterioridad a la adhesión de España a la Comunidad Europea.