El presidente del PP, Mariano Rajoy, afirmó ayer que «ante el
disparate, lo absurdo y la falta de atención por parte del Gobierno
a los problemas reales de las personas» él no se va a callar,
«guste o no guste». Rajoy aseguró que el PP actuará con «decisión y
responsabilidad» ante la política socialista.
Esta afirmación del líder del PP se produce después de que el
lunes el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla,
pidiera su dimisión por decir que para España «es más peligroso un
bobo solemne que un patriota de hojalata», después de que el día
anterior el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero,
acusara a los dirigentes del PP de ser «patriotas de hojalata».
Rajoy afirmó que Zapatero «debe gobernar para las personas y no
para los territorios», y añadió que el «gran objetivo nacional» y
la prioridad del Gobierno debería ser que «la gente viva
mejor».
Las reacciones a las palabras de Rajoy del lunes siguieron ayer
coleando. El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos
Rodríguez Ibarra, desacreditó a Rajoy como actual líder del PP y
pidió a otros dirigentes del partido que «den un paso al frente»
para «caminar de la mano» del PSOE ante los temas más importantes
que afectan al país, entre los que citó el terrorismo.
El dirigente socialista acusó al líder de la oposición de
«boicotear el camino del sentido común», y se mostró convencido de
que con otros dirigentes populares, entre los que citó a Alberto
Ruiz Gallardón y Rodrigo Rato, sería posible un acercamiento entre
los dos grandes partidos españoles, para hacer frente a los grandes
problemas de Estado.
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