El Rey, en su tradicional Mensaje de Navidad, pidió a «todos»
moderación y sosiego para superar las tensiones y divisiones, y
animó a buscar «el más amplio consenso» para solucionar los
problemas «en el marco de las reglas, principios y valores» de la
Constitución.
Pero también habló, un año más, de terrorismo, de la necesidad de
incrementar los esfuerzos para acabar con esa lacra, de solidaridad
con las víctimas, del drama de la inmigración ilegal, de unidad en
la defensa de los intereses de España en el exterior. También de
una «más y mejor» educación e innovación tecnológica. Y en una
noche tan familiar, el Rey recordó el nacimiento, el 31 de octubre,
de su séptimo nieto, la infanta Leonor, primogénita de los
príncipes de Asturias, «que amplía y garantiza -destacó- la
continuidad en la sucesión».
«Confío plenamente -recalcó- en que las instituciones y los
partidos del arco constitucional sabrán siempre servir fielmente al
interés general, y al deseo mayoritario del pueblo español de
preservar y ensanchar nuestra armónica convivencia».
A punto de concluir el año en el que se han celebrado tres
décadas de reinado en democracia, don Juan Carlos volvió a hablar,
como hiciera en su primer discurso como Rey, el 22 de noviembre de
1975, de reconciliación, concordia y amplio consenso, de libertad y
progreso, de respeto a la «rica pluralidad y diversidad» de esa
«gran nación» que es una España unida.
Tras un año de tensiones políticas, el monarca pidió un esfuerzo
a todos para resolver «de común acuerdo» las dificultades del día a
día, y recurrir al diálogo «responsable y sincero, dentro del
respeto a nuestro marco constitucional, utilizando -agregó- los
cauces institucionales y democráticos». De la misma forma,
«favoreciendo siempre el predominio de lo que nos une, nunca de lo
que nos pueda separar, fomentando la concordia, el consenso y el
respeto mutuo que han hecho posible nuestra estabilidad y
progreso». «Mi mensaje es bien sencillo», dijo el Rey. «Frente a
las tensiones y las divisiones, debe prevalecer -por parte de
todos- la firme determinación de intentar superarlas desde la
moderación y el sosiego, mediante la búsqueda del más amplio
consenso en el marco de las reglas, principios y valores de nuestra
Constitución».
El Rey, que comenzó su Mensaje de Navidad con un recuerdo para
los que han fallecido este año «en su entrega a los demás», y con
palabras de «cercanía y cariño» para cuantos padecen «cualquier
tipo de sufrimiento o grave dificultad», echó mano de la memoria
para hablar, sin citarla, de la Transición y de las tres últimas
décadas de la historia de España.
«No tienen -dijo- precedentes en términos de paz, progreso y
libertad». Treinta años en los que los españoles han creado un
modelo de convivencia que, en su opinión, «se ha convertido en
referencia para otros».
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