La Generalitat, el Parlament catalán, partidos y organizaciones
jurídicas y culturales pidieron ayer la dimisión del presidente del
Tribunal Supremo, Francisco José Hernando, por criticar que saber
catalán sea requisito para ejercer de juez en Catalunya, y sólo el
PP opinó que habló con «buena fe».
En nombre del Gobierno catalán, el conseller de Relaciones
Institucionales, Joan Saura, exigió la dimisión de Hernando, y
afirmó que «hacía días que no oía una barbaridad de Hernando, quien
hace tres semanas ya dijo aquello de que 'si el Estatut se aprueba,
lo que será delito en un sitio no lo sería en Catalunya'».
Hernando afirmó que si trabajase en Catalunya aprendería la
lengua catalana, pero «como un enriquecimiento personal, como
cuando voy a Andalucía me gustaría bailar sevillanas».
El presidente catalán, Pasqual Maragall, remitió una carta a
Hernando en la que le exige una «disculpa» y que «rectifique» por
haber ofendido a «millones de catalanes y andaluces».
«Yo creo que esto ya era motivo de destitución inmediata, y
ahora es muy grave que el presidente del Supremo y del Consejo
General del Poder Judicial muestre un desconocimiento de la
Constitución», agregó Saura.
El presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, criticó la
comparación de Hernando y aseguró que «casi me da más miedo la
ignorancia y la incultura que el fascismo». Benach aseguró que «una
persona que menosprecia una lengua no está solamente menospreciando
esa lengua, sino también un hecho cultural».
El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, lamentó
la «ignorancia activa» y la «falta de cultura importante» de
Hernando. ERC anunció que solicitará la comparecencia de Hernando
para que explique sus palabras.
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