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El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 40 años de cárcel impuesta por la Audiencia de Cádiz a Hamid E., patrón de una patera en la que murieron 37 personas cuando naufragó al intentar cruzar el Estrecho el 24 de octubre de 2003. Además, el patrón rechazó el rescate que le ofrecía un oficial de un buque de la bahía de Cádiz para evitar la catástrofe.

La patera carecía de salvavidas, flotadores o cualquier elemento de seguridad, y estaba tripulada por dos patrones, Hamid y otro de identidad desconocida. Los pasajeros fueron introducidos en la embarcación y se les colocó «uno junto a otro, totalmente pegados indicándoseles que debían permanecer sin hablar y agachados». Debido a las reducidas dimensiones de la embarcación, la escasa potencia del motor y el «desproporcionado» número de pasajeros, la navegación «se realizaba penosamente y en condiciones de evidente riesgo (...), máxime cuando un tiempo después empezaron a empeorar las condiciones meteorológicas, lo que obligaba a achicar el agua con cubos pequeños.

Así lo acuerda la Sala de lo Penal en una sentencia que le condena a dicha pena por un delito contra los derechos de los trabajadores extranjeros y 37 delitos de homicidio por imprudencia grave. En ella, el tribunal considera probado que la noche del 24 de octubre de 2003 salió la embarcación desde la costa norteafricana ocupada por más de cuarenta personas que habían pagado unos 20.000 dirhams por el viaje.