Algunas madres, con sus hijos en brazos, se agolparon para dar la mano a Zapatero en el centro de inmigrantes.

TW
0

OTR/PRESS-MELILLA
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer en Melilla que para solucionar los problemas de la inmigración es necesario trabajar conjuntamente con la Unión Europea y con los países vecinos. Esta fue la única alusión a Marruecos que hizo en su discurso tras reunirse con el presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda. Zapatero se felicitó de haber cumplido su promesa de visitar las dos ciudades autónomas (hoy estará en Ceuta), aunque «algunos dijeron que era un brindis al sol».

Zapatero, tras reunirse con Imbroda, aseguró que «el Gobierno es muy consciente de la singularidad de Melilla y de las especiales condiciones en las que tienen lugar sus actividades y de desarrollo económico». A pesar de este reconocimiento, el jefe del Ejecutivo no hizo una proclama específica de la españolidad de las dos ciudades autónomas, algo que ya ha hecho en ocasiones precedentes. Imbroda, en todo caso, se mostró satisfecho con la visita, que demuestra que «España está con Melilla».

La inmigración fue uno de los puntos fundamentales del discurso de Zapatero. Según explicó, es necesario ordenar este fenómeno y legalizarlo, al tiempo que se garantiza el cumplimiento de los derechos humanos. Añadió que «lo que exige la sociedad» es garantizar la seguridad y colaboración con el conjunto de la Unión Europea y con los «países vecinos». Esta fue la única alusión directa a Marruecos que hizo en su discurso tras reunirse con Imbroda. Sobre este aspecto, el presidente melillense aseguró que la ciudad autónoma «no es un apéndice de España, sino una parte de España». «Demandamos la ayuda justa, solidaria, de las instituciones del Estado», añadió.

El presidente del Gobierno garantizó su compromiso con el futuro económico de Melilla y realizó varios anuncios.