Mientras el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero,
y el presidente del PP, Mariano Rajoy, evidenciaban la ausencia de
consenso en la lucha antiterrorista, ETA volvía a hablar como suele
hacerlo, con una bomba. La banda colocó un artefacto explosivo en
un polígono industrial de Bolueta, en Bilbao, contra la empresa
'Barrenechea Goiri'.
De los 49 empleados que tiene la empresa, 17 se encontraban en las
oficinas y fueron desalojados por los agentes.
Además de alertar al diario «Gara» de este último atentado, ETA
dejó un cartel en las inmediaciones con la inscripción «Cuidado,
bomba».
La explosión se produjo en torno a las 15.15 horas. Una hora y
cuarto antes, la Ertzaintza recibió el aviso. Un comunicante en
nombre de ETA llamó al diario «Gara» para alertar de la colocación
de la bomba. La Policía autonómica acordó la zona con rapidez, lo
que permitió que no se produjeran heridos.
Sí hubo cuantiosos daños materiales. La bomba, compuesta por
entre cinco y siete kilos de cloratita y un temporizador, según
informó el Departamento de Interior del Gobierno vasco, estaba en
las escaleras, en el descansillo de una entreplanta. La explosión
afectó al techo y a la fachada de la compañía 'Barrenechea Goiri',
causando un amplio boquete en la parte frontal. El tabique cayó
sobre el coche de uno de sus empleados. El atentado también provocó
el corte de la Línea 1 de Metro Bilbao.
ETA dejó un cartel con la inscripción «Cuidado, bomba». El
explosivo estaba en el interior de una mochila. Varios trabajadores
de la empresa afectada declararon que cualquier ha podido dejarla,
ya que la entrada no está habitualmente cerrada y tampoco hay un
control de las personas que pasan por allí.
Uno de los empleados aseguró que vio a un joven subir con un
paquete minutos antes de la explosión, pero no le dio mayor
importancia porque la presencia de mensajeros es habitual en la
empresa.
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