«Los que han tenido miedo a perder el poder o un modelo económico
determinado, siempre han estado poniendo el freno, lanzando el
grito del temor», añadió Zapatero, quien, frente a ello, dijo
querer para Castilla y León «un Estatuto de primera» y que gestione
las competencias que gestionan otras autonomías. Aseguró que España
no tiene ningún problema en que eso ocurra porque «es fuerte como
país, económica y socialmente, y va a seguir siéndolo porque así lo
quiere la mayoría de la ciudadanía».
«Ni yo merezco tanto, ni los ciudadanos tan poco», aseveró
Zapatero, quien defendió la reforma del Estatuto de Castilla y León
y de las Comunidades Autónomas en general. Subrayó que los que hoy
dicen que esas reformas llevan «a no sé qué desgracias» (en alusión
a José María Aznar), son los mismos que no querían que en Castilla
y León hubiera autonomía.
El presidente del Gobierno insistió en que la diversidad no
genera ningún riesgo ni es ninguna amenaza. «Lo que no hay que
hacer es enfrentar, y, por eso, me siento orgulloso de estar aquí
hoy con tantos castellano-leoneses que quieren a Cataluña como una
parte importante y esencial de España», añadió.
Tras insistir en su defensa de una España «plural y diversa»,
pidió que «nadie se deje engañar», porque «los que hoy están
diciendo lo que están diciendo, se abrazarán a las reformas de los
Estatutos como se han abrazado a todas las reformas que combatieron
en su día». Se refirió también a la convención para recordar que en
ella se ha hablado de que el PP va a ganar las próximas elecciones
generales, y tras señalar que ya llegará el momento de disputar los
comicios, consideró que los que tienen que ganar ahora son los
ciudadanos.
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