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Después de que ayer el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, aprovechase los actos en recuerdo de las víctimas por los atentados del 11-M para insistir en la necesidad de seguir con las investigaciones sobre los autores de los atentados, ayer el líder popular andaluz, Javier Arenas, insistía en la necesidad de que se investigue «hasta el final», porque «saber la verdad es una deuda con los ciudadanos». La respuesta del Ejecutivo, como era de esperar, no tardó en llegar y fue muy rotunda. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, interpretó estas declaraciones de los populares como un intento de lanzar «sombras de sospecha sobre el funcionamiento del Poder Judicial y las Fuerzas de Seguridad del Estado» al tiempo que consideró que lo que pasa es que «a la derecha le cuesta asumir que hace dos años los ciudadanos le retiraron mayoritariamente su confianza».

Unas exigencias que según De la Vega, convierten a los populares en unos «irresponsables» al estar lanzando «sombras de sospecha sobre el funcionamiento del Poder Judicial y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado». Además, aprovechó para «ratificar, una vez más, en nombre del Gobierno, el apoyo, reconocimiento a todos los que vienen interviniendo en la investigación judicial y policial y en la depuración de responsabilidades por el atentado». Haciendo oídos sordos a las afirmaciones de De la Vega, los populares, que lanzaron el sábado duras acusaciones al Gobierno como las de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien aseguró que «el grito de 'quién ha sido' debe ser algo más que un método para derribar gobiernos», insistían ayer mismo en sus posiciones. Así, el presidente del PP en Andalucía, incidía en la misma idea, exigiendo que «se investigue hasta el final» los «terribles» atentados del 11-M porque «saber la verdad es una deuda que tenemos de forma especial con las víctimas».

Hace ahora justo dos años eran los socialistas quienes exigían toda la verdad y afirmaban que España no se merecía un Gobierno que les mintiese. Ahora, cuando se cumple el aniversario de esos días convulsos, son precisamente los populares los que reclaman que se investigue «hasta el final» los atentados y repiten una y otra vez la idea, que se oía en forma de grito a las puertas de Génova, de que los ciudadanos se merecen «saber la verdad».

A pesar del «ruido, la mentira, la descalificación, el insulto y las resistencias de quienes todavía no asumen que somos los socialistas los que gobernamos España», la vicepresidenta aseguró que «seguirán cumpliendo» su compromiso de «modernización del país».

Arenas aprovechó un acto público de los alcaldes del PP de Andalucía en defensa de la autonomía municipal para expresar -al igual que asegurase el ex presidente del Gobierno José María Aznar su convencimiento de que «todos los terrorismos tienen conexión porque todos los expertos en lucha contra el terrorismo que he consultado siempre me han explicado que existe una interrelación entre cualquier movimiento terrorista».

Mientras, la secretaria Ejecutiva de Política Autonómica y Local del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró ayer que las declaraciones del socialista Alvaro Cuesta (acusó al PP de «intentar traficar con el terrorismo») «demuestran que las cosas no le van bien a un Gobierno, cada día más nervioso».