El modelo de financiación que pactaron PSOE y CiU para el Estatut
catalán superó ayer el corte de la Comisión Constitucional del
Congreso de los Diputados. Socialistas y convergentes superaron,
con el respaldo de ICV, el rechazo a esta fórmula, aunque por
motivos muy distintos, de PP y ERC.
El PSOE sí sumó sus votos a los de los populares para suprimir
el artículo que permitía a Cataluña ser circunscripción en las
elecciones al Parlamento europeo. Además, ambas formaciones dejaron
fuera de la reforma la gestión de puertos y aeropuertos.
Sólo hay un cambio en el modelo de financiación pactado por
socialistas y nacionalistas catalanes. Se trata de una transacción
al artículo 208.6 promovida por ERC que deja claro que, a la hora
de determinarse las necesidades de gasto de la Generalitat
catalana, ha de tenerse en cuenta un factor de corrección en
función del porcentaje de población inmigrante y de la población en
situación de exclusión social.
El portavoz de ERC, Joan Ridao, rechazó el modelo pactado por
PSOE y CiU y defendió el que salió del Parlamento catalán. «Al
árbol de la financiación se le han caído muchas hojas», dijo, y
culpó de ello al «acto de deslealtad sin precedentes» que supuso
para Esquerra el acuerdo de socialistas y convergentes. Joan
Puigcercós llegó a decir que, «si se lee la letra pequeña» se
descubre que ni siquiera hay más dinero para Cataluña, «no hay ni
cambio de modelo».
Los motivos por los que el Partido Popular rechazó este modelo
fueron muy distintos. Josep Piqué, presidente de los populares
catalanes, aseguró que el nuevo modelo «es un churro», permite
«todo tipo de interpretaciones» y «es un pacto político de cara a
la galería».
Elvira Rodríguez, por su parte, aseguró que este sistema se
olvida de la multilateralidad, «abre una nueva etapa de conflicto
de competencias». «Cuando se mueve una ficha, se desplaza a las
demás, y si alguien gana, alguien tiene que perder», sentenció.
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