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EFE/OTR-MADRID
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, se interesó ayer por conocer la postura que adoptó la Fiscalía tras el anuncio de tregua de ETA en septiembre de 1998, en medio de las críticas que ha cosechado por afirmar que los jueces deben «valorar» la nueva situación creada por el alto el fuego.

Ese debate sobre si jueces y fiscales deben tener o no en cuenta el anuncio de ETA en su labor ordinaria, puesto el jueves sobre la mesa por Conde-Pumpido, continuó ayer en el ámbito judicial, donde la mayoría recuerda que su obligación es hacer cumplir la Ley, y en el político, donde han discrepado del fiscal hasta algunos miembros del Gobierno y sólo le ha respaldado abiertamente Izquierda Unida.

El titular de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, quiso dejar claro que ni la judicatura ni la fiscalía están expuestas a las «incidencias» de la política y recordó que «la legalidad rige la actuación de todos los poderes públicos».

El portavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Enrique López -organismo que ayer acordó por unanimidad no pronunciarse institucionalmente sobre el alto el fuego-, aseguró que los jueces seguirán trabajando «sin tener en cuenta más situaciones que aquellas que la propia Ley prevé para su aplicación» porque «el principio de legalidad es uno de los principios básicos de nuestro Estado de Derecho».

Antonio García Martínez, portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) (de carácter conservador y mayoritaria en la carrera judicial), afirmó que «lo acontecido no es un elemento nuevo que pueda determinar o condicionar en alguna medida el trabajo de los jueces».