La víspera de la reunión entre el presidente del Gobierno, José
Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del PP, Mariano Rajoy,
sirvió ayer para que socialistas y 'populares' demostraran su buena
voluntad, pero también para cruzarse mensajes. «Nadie tiene derecho
a crear división», dijo el secretario de Organización del PSOE,
José Blanco. El secretario de Comunicación del PP, Gabriel
Elorriaga, dijo que Rajoy afronta la reunión con «espíritu
constructivo y prudencia», y con los mismos mensajes que lleva
repitiendo desde que ETA decretó la tregua. El líder 'popular' ha
preparado a conciencia su visita a Moncloa, con cuatro reuniones
con dirigentes de su partido.
Desde Ferraz y Génova, tras las respectivas reuniones de las
direcciones de PSOE y PP, se lanzaron mensajes conciliadores, de
confianza y buena voluntad ante el encuentro entre Zapatero y
Rajoy. Los socialistas alabaron la «buena disposición» que están
escuchando desde las filas 'populares', y éstos, de momento, se
muestran satisfechos con el mensaje del Gobierno de que «no hay
nada que hablar» con ETA hasta que se disuelva y eluden hacer
valoraciones previas de lo que pueda suceder si no hay acuerdo en
la reunión.
Pero ambas partes sientan de antemano sus posiciones. José
Blanco afirmó con rotundidad que «nadie tiene derecho a poner en
peligro» la unidad de los demócratas contra el terrorismo ni
tampoco «a crear división en un momento como éste», y avisó de que
momentos como éste son los que «miden la talla de los dirigentes
políticos». La alusión del número dos socialista, sin llegar a
nombrar al PP o a Rajoy, quedó atenuada cuando Blanco afirmó que la
reunión entre Zapatero y Rajoy no tendrá «ninguna reserva» y marcó
como prioridad «compartir información» para que los dos grandes
partidos «trabajen en la misma dirección, compartan los mismos
objetivos y haya una acción coordinada para acabar de una vez por
todas con el terrorismo».
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