Alfredo Pérez Rubalcaba, entre Joan Mesquida y la directora de Prisiones, Mercedes Gallizo.

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El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón abrió ayer diligencias por un presunto delito de terrorismo en relación con el acto protagonizado por tres etarras encapuchados en Oiartzun (Guipúzcoa) el pasado sábado, informaron fuentes jurídicas. En su requirimiento a las Fuerzas de Seguridad, el magistrado pregunta por la posible filtración de un agente en el acto, algo factible toda vez que fuentes de la lucha antiterrorista señalaron que uno de los intervinientes hablaba euskera con acento francés, lo que les hizo sospechar que podrían haber cruzado la frontera.

El magistrado, que actuó de oficio y sin solicitar informes previos a la Fiscalía, requirió el domingo a la Policía Autónoma Vasca y a la Unidad Central de Inteligencia (UCI) que le remitan toda la información de que dispongan. Concretamente, el magistrado preguntó a la Ertzaintza si logró infiltrar algún agente en el acto, solicitó informes sobre el modo en el que se desarrolló el encuentro y datos sobre las personas que intervinieron en el mismo. El asunto ha recaído en el Juzgado Central de Instrucción número 5 por ser el que estaba de guardia durante el pasado fin de semana.

La infiltración en el acto es una posibilidad probable, ya que fuentes de la lucha antiterrorista informaron de que uno de los encapuchados que intervinieron en el Gudari Eguna hablaba euskera con acento francés.

Esto hace sospechar a los Servicios de Información de las Fuerzas de Seguridad que los etarras pudieron cruzar la frontera desde Francia. Además, la escasa distancia de la localidad guipuzcoana con la frontera, apenas diez minutos en coche, refuerza las sospechas de los investigadores.