Ayer se cumplieron 20 años de la matanza de Hipercor, el atentado más sangriento de ETA, que un día como ayer en 1987 se cobró la vida de 21 personas -entre ellas, cuatro niños- y dejó 45 heridos. Ayer, el día en que cientos de personas homenajearon a los fallecidos junto al monumento conmemorativo a las víctimas que se alza en la Ciudad Condal desde 2006, el Gobierno aprovechó para endurecer su lenguaje contra ETA.
El acto, organizado por la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) y que contó con la colaboración de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, contó con la presencia del presidente de la Generalitat, José Montilla, del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
La emotiva ceremonia consistió en una ofrenda floral ante el monumento que recuerda a las víctimas del atentado que pocos minutos después de las cuatro de la tarde acabó con la vida de 21 personas en el centro comercial de Barcelona en 1987. La ceremonia contó con las intervenciones de Montilla, Rubalcaba y Hereu. El presidente de la Generalitat señaló que el atentado de hace 20 años fue «inútil» y «absurdo».
«Soy consciente de que ningún discurso puede describir 20 años de sufrimiento y que nada de lo que diga puede aliviar la pérdida de un ser querido ni borrará las huellas». Así comenzó la intervención de Pérez Rubalcaba que se dirigió a las víctimas para manifestarles su «apoyo y respeto» y la determinación del Gobierno para que «nunca se sientan desatendidas» y realizó un llamamiento para que nadie se apropie de su sufrimiento y su dolor.
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