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El Consejo de Ministros aprobó ayer el proyecto de ley de los últimos presupuestos de esta legislatura que, con una previsión de superávit del 0'3 por ciento, incluyen una nueva rebaja del IRPF de 2.290 millones de euros en la que se recogen las últimas medidas sociales anunciadas por el Ejecutivo. Así, de los 2.290 millones de euros, 1.000 corresponden a la nueva deducción por nacimiento o adopción de hijo, 348 a la también nueva medida por alquiler de vivienda, y 939 millones a la deflactación de la tarifa del IRPF -elevar los tramos de la tarifa de este impuesto en consonancia con la inflación- y al aumento, por primera vez, de los mínimos personales y familiares y de la deducción por rendimientos del trabajo.

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, recalcó que esta rebaja fiscal «no es electoralista» sino «una opción política que tiene como objetivo favorecer la natalidad, el alquiler de vivienda y a las familias con menores ingresos».

Además, consideró que ya no hay margen de maniobra para otra reforma fiscal, ya que el objetivo del Ejecutivo para bajar impuestos tenía un límite de 2.500 millones de euros y, apuntó, «es lo que hemos hecho».

Para la elaboración de estas cuentas, el Ejecutivo ha dado prioridad al crecimiento económico y a la mejora de la productividad; a la protección social; la ayuda oficial al desarrollo, el reforzamiento de la estabilidad presupuestaria y la mejora de los servicios públicos.

Para ello, contará con un límite de gasto de 152.560 millones de euros, el 6'7 por ciento más que este año -igual al crecimiento previsto del PIB nominal-, en tanto que los ingresos del Estado -después de la cesión a los entes territoriales- crecerán el 4'2%, hasta 158.756 millones de euros.