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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer los Presupuestos Generales del Estado de 2008, que consideró «adecuados» para las necesidades de la economía española, aunque el líder de la oposición, Mariano Rajoy, los definió como un «engaño» del jefe del Ejecutivo a la ciudadanía.

En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Zapatero también aseguró que tanto estas cuentas como las anteriores de la legislatura han supuesto un «verdadero giro» a la izquierda.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2008 cuentan según Zapatero con un «aval incontestable»: las anteriores cuentas aprobadas por este Gobierno.
Zapatero insistió en que todos estos presupuestos han dado óptimos resultados en lo que a crecimiento económico y de empleo se refiere, además de haberse conseguido tres superávit públicos consecutivos.

Recordó que en estos tres años España ha crecido más y ha creado más empleo que las principales economías del mundo, además de ser la única de ellas en cerrar con superávit, e insistió en que los presupuestos son adecuados para mantener un «nivel importante» de crecimiento, inversión o gasto social.

Mariano Rajoy, por su parte, acusó al presidente del Gobierno de haber «liquidado» el principio constitucional de igualdad y solidaridad territorial con estos presupuestos, que calificó de «electoralistas, sectarios» e «ineficaces para atender los problemas de los españoles».

Un Gobierno tiene que «optar por ser justo o hacer amigos» cuando elabora un presupuesto, según Rajoy, para quien Zapatero ha sido «manifiestamente injusto con la mayoría de los españoles» y «no sé si habrá hecho algún amigo».