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Los 23 detenidos en la noche del viernes en la operación desarrollada contra Batasuna, que declararán mañana ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, pretendían reactivar el partido ilegalizado desde que ETA anunció la ruptura formal del alto el fuego el pasado 5 de junio.

Así lo constatan los informes que recibió Garzón y que motivaron las órdenes de detención, según informaron fuentes de la investigación, que precisaron que Batasuna, que durante la tregua apoyó el proceso de paz, cambió de actitud desde el atentado de la T-4 y sobre todo desde que la banda declaró el fin de la tregua.

Desde entonces, según las fuentes consultadas, Batasuna no sólo no ha condenado los atentados de ETA, como el del pasado 24 de agosto en Durango (Vizcaya), sino que se han detectado en su seno movimientos orientados a su reorganización en apoyo de la nueva estrategia de la banda terrorista.

La operación policial contra la cúpula de Batasuna se desarrolló el viernes en Segura (Guipúzcoa), donde sus miembros mantenían una reunión sólo dos días después del arresto de Joseba Alvarez. Los arrestos se produjeron en el marco del sumario 35/02 que instruye Garzón y en el que se investiga la subordinación de Batasuna a ETA y la financiación de la banda terrorista a través de las «herriko tabernas».