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AGENCIAS-MADRID/BARCELONA El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, estaría sopesando cesar a la ministra de Fomento, Magdalena Àlvarez, ante el caos en las infraestructuras ferroviarias de Barcelona. El presidente recibe fuertes presiones, básicamente desde la dirección del PSOE y desde la Generalitat de Catalunya. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, apuntó ayer, acerca de si se ha barajado la posibilidad de cesar a la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, o si ésta ha puesto su cargo a disposición del presidente por la situación de las obras del AVE en Barcelona, que asumir la responsabilidad significa en «su primera fase, responder, dar información a los ciudadanos y dar la cara», al tiempo que insistió en que el Ejecutivo trabaja para buscar soluciones y preservar la seguridad. Por otra parte, fuentes del Ejecutivo señalaron que, en cualquier caso, la ministra va a trabajar hasta el final de la legislatura.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, De la Vega fue preguntada acerca de si se había producido la renuncia de la ministra. La respuesta fue que «no hay comentarios». Ante la insistencia de los periodistas, recalcó que ella no va a «adelantar nada» de lo que vaya a decir Zapatero, el próximo miércoles en el Congreso.

Por otra parte, el presidente de la Generalitat, José Montilla, ha transmitido su malestar a Zapatero por la gestión de la crisis ferroviaria en Catalunya y le ha advertido que «esto no puede seguir así». Según informó ayer La Vanguardia, ambos presidentes mantuvieron el miércoles día 24 una «tensa» conversación telefónica en la que el jefe del ejecutivo catalán transmitió personalmente a Zapatero el enojo de la Generalitat por la manera como el Gobierno está gestionando los problemas con las obras del AVE.

Mientras, el pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó ayer, con el voto de CiU, PP y ERC y la oposición del bipartito municipal -formado por PSC e ICV-EUiA-, la dimisión de la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, por el caos de Cercanías, y revisar el trazado del AVE en la capital catalana.