El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, pronunció ayer el «compromiso solemne» de «dejar al lado el terror en la confrontación política», esto es, no convertir el terrorismo en un arma arrojadiza entre los partidos, tanto en lo que se refiere a los atentados del 11-M, como a la banda terrorista ETA.
Respecto a este último asunto, el jefe del Ejecutivo volvió a hacer un llamamiento a la unidad al PP, pues para derrotar a ETA «tenemos toda la fuerza, que será mayor cuanta más unidad haya entre demócratas», y se mostró confiado en que al final de la legislatura se produzca esa unidad.
Dos lecciones
Durante su intervención en el Comité Federal del PSOE, el presidente del Gobierno se refirió a los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid y a la sentencia de la Audiencia Nacional, de la que recordó que en su día ya vaticinó que se iba a saber «la verdad» y que se iba a condenar a los culpables», y de la que consideró que hay que sacar dos lecciones, por un lado, que las víctimas y sus familias han podido ver que la democracia y el Estado de Derecho funcionan, lo que ha posibilitado que España sea uno de los pocos países que han sufrido un atentado de estas características y ha conseguido detener, juzgar y condenar a los «indeseables, a los asesinos implicados».
La segunda lección, precisó, es «esencial» y consiste en «dejar al lado el terror en la confrontación política». «No debe caber entre demócratas», exclamó, añadiendo que «y menos la puesta en duda de lo que representó el 11-M». Por ello, pidió que se pase página y que «sólo quede entre nosotros el sentimiento de apoyo y cariño a las víctimas». Y que, añadió, todas las partes que han sido «profundamente negativas» que queden «como un mal recuerdo, pero en ningún caso como algo a repetir», añadió.
En este punto, Zapatero dijo que quería adquirir el «compromiso solemne» ante todos los ciudadanos y todas las fuerzas políticas de que «nunca más el terror y las acciones terroristas como uso en el combate político». «Os pido que así lo hagamos, compañeros», apostilló, no sólo en referencia a los atentados del 11-M, sino también a la banda terrorista ETA, en torno a la que dejó claro que que su Gobierno ha dedicado «tanta determinación a combatir la amenaza» como la que empleó en el final dialogado de la violencia.
Zapatero hizo un llamamiento a su partido a «sudar la camiseta» porque «las elecciones no están decididas». Destacó también los logros económicos, aunque dijo que, de forma coyuntural, ya que la economía española es «muy sólida» «habrá momentos» en los que los ciudadanos «tendrán que hacer un mayor esfuerzo». Repasó lo que llama la «seña de identidad» de los socialistas, los avances en política social y destacó también el diálogo en la Legislatura, aunque pasó de puntillas por las reformas estatutarias. Como retos para la próxima Legislatura estableció el logro del pleno empleo, el liderazgo en I+D+I y en bienestar y el profundo sentido de la convivencia democrática.
«Estamos bien, pero no nos vamos a confiar ni un minuto», afirmó el líder socialista ante el Comité Federal de su partido que se reunió en la sede de Ferraz para poner en marcha las listas del partido para las elecciones generales. Tanto al inicio como al final de su intervención alentó a sus compañeros de partido a «trabajar hasta el último mimuto» porque, precisó, «para ganar hay que merecer ganar».
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