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OTR/PRESS Los tres miembros de los GRAPO acusados del secuestro y posterior desaparición del empresario zaragozano Publio Cordón en 1995 negaron ayer, en el inicio del juicio que se lleva en la Audiencia Nacional por esta causa, cualquier tipo de relación con los hechos que se les imputan.Sin embargo, uno de ellos sí que desveló en su declaración que el ex presidente del Gobierno José María Aznar se puso en contacto con ellos para propiciar «el inicio de una negociación política».

Tras iniciarse la vista, la hija del empresario, María Cordón, exigió a los acusados que digan dónde está su padre para poder enterrarlo 13 años después.

El juicio iniciado ayer en la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional albergó las declaraciones del comando que supuestamente perpetró el secuestro. Fernando Silva Sande, supuesto dirigente de la banda; Manuel Pérez, líder del PCE(r), y su compañera sentimental, Isabel Llaquet, negaron su implicación.

Silva Sande, al que la Fiscalía acusa de inspirar el secuestro, negó haber formado parte de la organización terrorista, así como haber tenido relación con el resto de procesados, e Isabel Llaquet negó todos los hechos que se le imputan. Manuel Pérez también se desvinculó a sí mismo y a su partido de los GRAPO y del secuestro de Publio Cordón, ya que «esta formación se integra dentro de un movimiento junto a otras organizaciones, pero, pese a que el partido forme parte del movimiento, el resto de organizaciones, entre las que se encuentra el GRAPO, no tiene por qué formar parte del partido».

Durante los testimonios, el miembro de los GRAPO Enrique Cuadra Echaindía, condenado ya por estos hechos, recordó cómo el Gobierno de Aznaar mantuvo «varias reuniones» con él y otros dos miembros de la banda a fin de construir el «inicio de una negociación política». Así, afirmó que los encuentros entre los delegados del Gobierno y los miembros de la banda se produjeron en la cárcel de Sevilla, en la que él cumplía condena, aunque en ningún momento precisó las fechas.