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El último Pleno del Congreso de los Diputados de la legislatura se convirtió ayer en un campo de batalla entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, el PP, a cuenta de los últimos asuntos que han causado polémica. La campaña de publicidad institucional del Ministerio de Industria, el consejo de comer conejo en Navidad, las propinas que dejan los españoles, los problemas económicos y, todo un clásico en los últimos cuatro años, la lucha antiterrorista, protagonizaron el 'rifirrafe' entre los escaños azules y la bancada popular en un Pleno en el que se notó el peso de las próximas elecciones generales de marzo.

Tras más de cuatro horas de debate parlamentario en torno al último Consejo Europeo, el líder del PP, Mariano Rajoy, abrió fuego esgrimiendo la subida de los precios en España «una vez y media más que el resto de la UE», el «repunte» del euribor y la pérdida de poder adquisitivo para reprochar al Gobierno que no haya hecho reformas para evitarlo y que sólo haya dado «tres mensajes: que este es un proceso a largo plazo, que coman conejo y que es culpa suya por dejar propinas». «¿Tiene algún mensaje para los españoles aparte de gastarse millones en una campaña de publicidad?», inquirió.

Petróleo y cereales
«Sí, tres mensajes», replicó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. «Que el Gobierno es consciente de lo que representa el repunte de la inflación y la subida de precios; en segundo lugar, un mensaje de tranquilidad, y en tercer lugar, una explicación: se debe al alza del precio del petróleo y los cereales que se ha producido a nivel mundial», señaló.

Durante el debate, la vicepresidenta primera del Congreso, la socialista carmen Calvo, se tuvo que enfrentar a los diputados de su propio grupo al verse obligada a quitar la palabra al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que había consumido su tiempo sin llegar a terminar de responder al PP, lo que suscitó las protestas del grupo Socialista. «Lo siento, ha consumido su tiempo», explicó.

En medio de las protestas se oyó la voz del secretario de Ciudades del PSOE, Alvaro Cuesta, quien pronunció alguna palabra que Carmen Calvo consideró profundamente ofensivo: «Señor Cuesta, le pido que retire lo que ha dicho contra esta presidenta. No utilice la palabra, le pido que lo retire», le emplazó.

La vicepresidenta zanjó la polémica dando paso a la siguiente pregunta, que le correspondía formular a la también socialista Isabel López i Chamosa, quien aprovechó para salir en defensa de Pérez Rubalcaba culpando de paso al PP: «Han utilizado la algarabía para comer los minutos del ministro», se quejó.