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Los dos grandes partidos de implantación nacional, PSOE y PP, han logrado reunir en los comicios celebrados los votos del 84 por ciento de los electores y sumar 322 escaños, el 92 por ciento de los que forman la Cámara Baja, según los datos oficiales con el 99'98 por ciento de los votos escrutados.

Se trata de un paso más hacia un bipartidismo casi completo iniciado desde el mismo momento en que el sistema electoral español adoptó su actual configuración de dos grandes partidos.

Desde 1989, primeros comicios en los que el PP concurrió con esas siglas, los dos grandes partidos han ido copando el espectro parlamentario paso a paso y reduciendo así la representación del resto de las fuerzas políticas.

En aquella ocasión, socialistas y populares sumaron el 65'39 por ciento de los votos y 282 diputados. Cuatro años más tarde, el porcentaje subió hasta el 73'54, y los diputados, hasta los 300.

En 1996, año de la primera victoria del PP, se dio un paso más hacia el bipartidismo en cuanto a porcentaje de votos (las dos grandes fuerzas sumaron un 76'42 por ciento), aunque en escaños retrocedieron apenas hasta 297.

Las elecciones de 2000, en las que PP y PSOE sumaron casi el 79 por ciento de los sufragios y 308 escaños, y las de 2004 (80'3 por ciento de los votos y 312 actas de diputado) fueron los pasos siguientes en la polarización del electorado, y sobre todo de la Cámara, en torno a los dos grandes partidos.

Por otra parte el nacionalismo pierde peso en el nuevo Parlamento surgido de las urnas en las elecciones generales de hoy, aunque CiU consolida su posición como tercera fuerza y un diputado más ante las caídas de ERC y PNV, con efectos mucho más devastadores en pérdida de escaños para los catalanes que para los vascos.

Con estos resultados, el cabeza de lista de CiU al Congreso por Barcelona, Josep Antoni Duran Lleida, ha esgrimido la situación de esta federación -que obtiene once diputados- como prueba de que se trata de una fuerza «central» para la gobernabilidad de España, en un marco político que avanza hacia el bipartidismo PSOE-PP.

El PNV ha perdido más de 117.000 votos, aunque sólo un escaño, el desgaste de ERC alcanza los 355.000 votos, que se traducen en cinco diputados menos
El candidato Joan Ridao y el máximo líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, han admitido este mal resultado, que han atribuido entre otras razones al «voto útil» contra el PP, a su juicio concentrado en esta ocasión por el PSC y el PSOE.