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OTR/PRESS-VALENCIA La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, matizó ayer las polémicas palabras que pronunció el viernes cuando aseguró que el Ejecutivo español «no puede compartir lo que está sucediendo en Italia» ya que «rechaza la violencia, el racismo y la xenofobia».

Al parecer, lo que no comparte el Gobierno son los «incidentes concretos» que «pueden comportar acciones de violencia, xenofobia y racismo», y no «las acciones de Gobierno». Por ello, y ya que miembros de ambos gabinetes aclararon el asunto el viernes, el ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, dio ayer por «cerrado» el incidente.

El viernes, durante la reunión posterior al Consejo de Ministros, De la Vega aseguró que «no comparte la política de expulsiones» de Italia porque «no respeta la ley ni los derechos de los inmigrantes». Según indicó, «el Gobierno rechaza la violencia, el racismo y la xenofobia, y por tanto, no puede compartir lo que está sucediendo en Italia».

Estas declaraciones provocaron de inmediato el malestar del Ejecutivo italiano y por ello, la vicepresidenta tuvo ayer que aclarar sus palabras. Aseguró que Italia promueve una inmigración «legal y ordenada» pero que «otra cosa es que (ella) no comparta determinados incidentes que puedan comportar acciones de violencia, racismo y xenofobia». Así se mostró dispuesta a repetir sus palabras del viernes aunque «desde el respeto a las autoridades». No obstante, y antes de que se pronunciara, la polémica ya había sido zanjada.

Después de que el embajador italiano en Madrid, Pasquale Terracciano, pidiera explicaciones al secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, éste le indicó que De la Vega hizo unas «consideraciones» sobre la política de inmigración «con carácter general», y «sin intención de criticar el paquete legislativo que el Gobierno italiano está discutiendo».