Los 16 jóvenes juzgados por quemar fotos del Rey en Girona en septiembre de 2007 fueron ayer absueltos por el juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional José María Vázquez Honrubia.
El magistrado se vio forzado a tomar esta decisión tras la «incomprensible» actuación del fiscal, que en el último momento modificó su acusación y rebajó su calificación de los hechos de injurias graves contra la Corona a una falta leve de desórdenes públicos.
La modificación provocó automáticamente la absolución de los imputados porque, como recordó el propio juez, «la Audiencia Nacional no es competente para condenar faltas, solo delitos».
«Resulta incomprensible, señor fiscal, porque no se han variado las circunstancias», lamentó el juez, que reprendió duramente al fiscal Luis Barroso. «Esta Audiencia es competente para conocer delitos y no faltas, por lo que quedan todos absueltos», sentenció. El fallo fue recibido con un sonoro aplauso por los acusados.
El fiscal en principio pedía multas de 3.600 euros por un delito de injurias para cada acusado, pero ayer, en su exposición de conclusiones finales, rebajó su calificación de los hechos y pidió una multa de 500 euros para cada uno.
Al margen del fiscal y su controvertida actuación, el protagonismo del juicio se lo llevaron las camisetas antimonárquicas con las que los 16 acusados y las decenas de bulliciosos amigos que les acompañaban acudieron a la Audiencia como si los miembros de una peña se tratara. 'Yo también quemo la Corona española', escrito en catalán, era el lema que impreso en rojo reinaba en todas las camisetas negras que lucían.
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