Los diputados de ERC, Joan Ridao (i), Joan Tardà (2ºi) y Francesc Canet (2ºd), conversan en el Congreso con el diputado del PNV, Aitor Esteban, sobre la reprobación de Moratinos. Foto: EFE

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Por segundo año consecutivo, el Pleno del Senado decidió ayer devolver los Presupuestos Generales del Estado al Congreso de los Diputados, donde la diferente correlación de fuerzas hace esperar que salgan adelante finalmente. Fue gracias al apoyo que PP y CiU, así como ICV, le brindaron al veto presentado por ERC contra el proyecto frente a los votos de PSOE, PNV y ocho senadores del Grupo Mixto.

Durante del debate, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, reconoció que el agravamiento de la crisis internacional ha provocado que las previsiones de crecimiento de la economía realizadas por el Gobierno estén «desactualizadas», pero que ningún país altera sus Presupuestos cada vez que revisa sus previsiones macroeconómicas y que tampoco renuncia a ellos a la espera de una mayor estabilidad.

De los cuatro vetos presentados en el Senado contra los PGE del Gobierno, el único que salió adelante fue el de ERC, ya que los presentados por PP y CiU no prosperaron, precisamente, debido a que los republicanos no los apoyaron y no alcanzaron la mayoría absoluta; el cuarto veto, el de ICV, no llegó a votarse. Así, los Presupuestos regresan ahora al Congreso, una vez concluida su tramitación parlamentaria en el Senado, donde el Gobierno necesitará la mayoría absoluta para levantar el veto, tal y como previsiblemente ocurrirá gracias al apoyo de PNV y BNG. Es la tercera vez en la historia de la democracia española que los PGE son rechazados por el Senado y la segunda vez consecutiva que la Cámara Alta detiene el proyecto que le envía el Congreso. Al término de la votación, Solbes criticó la «extraña y anómala» votación del PP al alinearse con ERC, ya que el veto republicano se centraba en el incumplimiento de la financiación catalana y el Estatut. Además, recordó las «agrias críticas» que los populares han lanzado a los republicanos por las declaraciones sobre el Rey de Joan Tardà, y concluyó: «Todo vale para desgastar al Gobierno».