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Caos, retenciones y cortes en las carreteras madrileñas, como consecuencia de la nevada caída ayer en Madrid, que comenzó de madrugada y que no terminó hasta pasadas las 14.00 horas, creando una estampa que no se recuerda en la ciudad desde al menos hace tres años.

Miles de personas quedaron atrapadas en las carreteras de los alrededores de la capital de España. En concreto se han calculado retenciones que afectaron a 400 kilómetros de la red de carreteras cercana a Madrid, seis de las cuales tuvieron que cortarse a la circulación durante parte del día. Esta situación de caos ha creado un cruce de acusaciones entre administraciones y en concreto entre la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Fomento ya que el Gobierno autonómico ha acusado a éste último de «imprevisión y falta de medios» a la hora de afrontar el temporal, según señaló el consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados.

Por su parte, la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, admitió ayer fallos de su propio departamento, de los responsables autonómicos y municipales de Madrid y de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ante la situación de colapso que ha sufrido Madrid. «Fallo hay de todos», resumió durante su comparecencia.

Pero no sólo Madrid ha sufrido el temporal de frío. En Orense, una veintena de vehículos se vieron implicados en tres accidentes. En Oviedo, la presencia de placas de hielo causó distintos accidentes en la entrada a la ciudad que se saldaron con un herido leve.

También el Aeropuerto de El Prat (Barcelona) registró importantes retrasos en los vuelos con origen o destino a Madrid por el temporal de nieve que ha comportado el cierre del Aeropuerto de Barajas.

Numerosos colegios españoles echaron el cierre por causa de la nieve. Un total de 2.404 alumnos de Burgos, León, Palencia y Soria no pudo acudir a clase en sesenta y siete distintos centros educativos. En Madrid, dos institutos de Colmenar Viejo suspendieron también las clases. En Cantabria, más de un millar de alumnos no pudo acudir a clase por problemas en las rutas del transporte escolar. Finalmente, en Lérida y Tarragona una decena de escuelas echó el cierre dejando sin clases a 2.000 alumnos.