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Jorge García Sertutxa, uno de los presos etarras detenido ayer junto a otros dos convictos del entorno de la banda por planear un intento de fuga de la prisión de Huelva, cumple una condena de 109 años por intentar atentar contra el Rey en Palma de Mallorca en agosto de 1995, junto a Juan José Rego Vidal y el hijo de éste, Ignacio Rego Sebastián.

Durante el juicio por este intento de atentado, García Sertucha aseguró que tuvo a don Juan Carlos a tiro por tres veces en la mira telescópica de su rifle, y que el Rey y el príncipe Felipe siguen siendo objetivos prioritarios de ETA.

ETA decidió en 1993 intentar asesinar al Rey aprovechando su estancia en Mallorca, pero no fue hasta febrero de 1995 durante una reunión en París cuando la banda concretó el procedimiento de realizar la acción con un rifle de precisión y mira telescópica. En mayo de ese año, Juan José Rego acudió a Palma donde, con el nombre ficticio de Sáenz de Buruaga, alquiló un piso situado a 250 metros del lugar de amarre del yate Fortuna.

Cuatro días antes
Rego admitió durante el juicio que la dirección de ETA le dijo que los objetivos eran por este orden: el Rey, el Príncipe y, por último, José María Aznar. El plan fue frustrada por la detención de los terroristas el 9 de agosto, sólo cuatro días antes de la fecha que habían fijado para actuar.

Por su parte, García Sertucha también reconoció que él realizó las vigilancias del Fortuna y que era el encargado de disparar, así como que tenía previsto activar una bomba con un mando a distancia que haría explosión en el piso utilizado mientras Ignacio Rego y él se daban a la fuga en la moto que el primero había alquilado.