La fuga de la etarra Maite Aranalde tras quedar el libertad bajo fianza por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha sembrado las dudas sobre si su actuación fue acertada o no, asunto que resolverá hoy la sala de gobierno de ese tribunal pero que ayer suscitó reacciones de todo tipo.
Aranalde, tras ser extraditada por Francia la semana pasada, fue puesta en libertad bajo fianza por Velasco "que sustituía al juez Baltasar Garzón mientras éste estaba de vacaciones", en una decisión revocada hace dos días por el propio Garzón cuando la etarra ya se encontraba en paradero desconocido.
Con el fin de aclarar lo ocurrido, el presidente de la Audiencia Nacional, Angel Juanes, expondrá en su reunión de hoy con la sala de gobierno toda la información recabada desde la extradición de Aranalde y decidirá si adopta alguna medida contra Velasco.
A la espera de la decisión de la Audiencia al respecto, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, defendió la actuación de Velasco porque «tomó la decisión que creía que era la que procedía en derecho». Velasco consideró que lo que procedía era dejar a Aranalde en libertad bajo fianza de 12.000 euros porque no se daban los requisitos para ordenar su ingreso en prisión incondicional, en contra de la opinión expresada días después por su compañero Baltasar Garzón.
El titular de Interior no especificó si la presunta etarra era vigilada tras su puesta en libertad pero afirmó que la policía «siempre hace su trabajo» en el marco de la ley y detendrá a Aranalde.
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