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La crisis de Gobierno vivió ayer una nueva vuelta de tuerca con el acoso el que fue sometido el presidente José Luis Rodríguez Zapatero por la derecha y la izquierda, acompañado por varias asociaciones de la patronal. Para empezar, el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, dijo a primera hora de ayer que, a menos que los agentes políticos y sociales lleguen a un acuerdo, «sería conveniente celebrar elecciones generales» para dotar al Gobierno resultante de los medios para salir de la crisis.

Durante una entrevista en la cadena Ser, Quintás señaló que no somos conscientes de que la actual situación es la peor que ha vivido el país en el último siglo y recalcó que «ante situaciones extraordinarias solamente caben remedios extraordinarios». Por su parte, la Confederación Española de Comercio (CEC) rechaza «frontalmente» cualquier subida de impuestos, especialmente del IVA, del IRPF o de los hidrocarburos, y amenaza con llevar a cabo «alguna acción empresarial contundente» si se aumentan y «no se presta atención» a las necesidades del sector.

En cuanto a los partidos, el coordinador general de IU, Cayo Lara, opinó ayer que los sindicatos deberían promover movilizaciones multitudinarias si Zapatero «sigue sin coger el toro por los cuernos» y corrige su política social y económica.

En declaraciones a Radio Nacional, el líder de IU ha augurado un «otoño caliente» si no hay cambios por parte del Ejecutivo y ha señalado que su formación está dispuesta a ir a la calle junto a los sindicatos, según un comunicado de la cadena.

La secretaria general del Partido Popular, María Dolores Cospedal, exigió al Gobierno una política de austeridad en el gasto público y una reforma fiscal que conlleve la bajada de los impuestos, como condición para que su formación «llegue a cualquier acuerdo económico» con el Ejecutivo. «Inconsistente, improvisador, resentido, profundamente sectario y fundamentalista de una ideología caduca» son los calificativos que utilizó Cospedal para referirse a Rodríguez Zapatero
Y en medio de estas declaraciones, aparece el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para enmarcar dentro de la normalidad la marcha del ex vicepresidente segundo Pedro Solbes, y recordó que él mismo ya ha manifestado en numerosas ocasiones que sus «preferencias personales» a estas alturas «caminan por otros derroteros» que permanecer en un ministerio como el que él ocupa.