Cándido Méndez, Fernández Villa y Alfonso Guerra, cantaron 'La Internacional' en la fiesta minera. | Reuters

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El secretario general de UGT, Cándido Méndez, abanderó ayer la llamada a secundar la huelga general convocada para el 29 de septiembre en la fiesta minera astur-leonesa de Rodiezmo, que no contó en esta edición con la presencia del jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

La fiesta, organizada por SOMA-FIA-UGT, tuvo algo menos de afluencia que en otras ocasiones y los representantes sindicales que tomaron la palabra expresaron su preocupación por el cambio en las políticas sociales del Ejecutivo y por el futuro del sector del carbón.

Pero no faltaron las críticas al principal partido de la oposición y a su líder, Mariano Rajoy, quien, a juicio de Méndez, no hace propuesta alguna y se está limitando a recoger el fruto de la deriva del Gobierno.

Más duro fue otro de los habituales de esta celebración, el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, quien ante las declaraciones de Rajoy en las que el sábado aseguraba que si él fuera Zapatero habría acudido ayer a Rodiezmo, expresó su sorpresa por el interés repentino por esta fiesta.

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«El señor del PP»

«El señor del PP, que llevaba mucho tiempo tumbado en la hamaca con un puro en la boca, el indolente, perezoso, haragán y holgazán se levantó de la hamaca para decir que quería ir a Rodiezmo. ¿Qué es lo que está pasando en la derecha que está entusiasmada con Rodiezmo?», se preguntó.

Lo que hubo ayer en esta localidad leonesa fueron llamadas a secundar la huelga general, pero matizaciones por parte de algunos de los intervinientes, como el secretario general de SOMA-FIA-UGT, José Angel Fernández Villa, de que, pese a los desencuentros puntuales, no hay que perder de vista que ugetistas y socialistas forman parte de un mismo tronco. En esa línea, subrayó que hay que apostar decididamente por que el PSOE venza en las próximas citas electorales.

Eso no fue óbice para que Méndez justificara la huelga general y se rebelase contra una política del Gobierno que considera «un canto a la impotencia y la resignación» que niega las posibilidades de un futuro mejor para el país.
«El problema del Gobierno no es que se haya quedado sin discurso, es que ha abrazado a la fuerza el discurso que combatía hasta hace pocos meses», explicó el líder ugetista.