El ministro de Fomento, José Blanco, durante las declaraciones que hizo antes de asistir al acto de aniversario de la Constitución. | Efe

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El ministro de Fomento, José Blanco, apeló ayer a la responsabilidad y profesionalidad de los controladores aéreos para seguir dialogando y acordar un convenio que garantice los derechos del colectivo y también el cumplimiento de la ley aprobada en febrero para regularizar la navegación aérea.

Blanco, en declaraciones en el Congreso, dijo estar convencido de la profesionalidad de la mayor parte de los controladores, no así de sus dirigentes, que cree que han condicionado al resto de los trabajadores para forzar el plante masivo.

Por su parte, la Fiscalía, por la vía penal, investigará «caso por caso» a unos 500 controladores, una cifra similar al número de expedientes disciplinarios abiertos por AENA, que también estudiará cada situación particular para determinar si ha habido alguna falta y, en su caso, establecer la gravedad de la sanción.

Un total de 267 controladores de los 271 que tenían asignado turno de tarde ayer acudieron a sus puestos, lo que supone un 98,5% del total, según fuentes de AENA, que calificó estas cifras de normales.

AENA detalló que en el Centro de Control de Torrejón estaban los 61 controladores convocados; en el de Canarias, los 20 que tenían turno, y en el de Palma, los 13 asignados. Sin embargo, en el centro de control de Barcelona faltó uno, ya que estaban programados 38 y acudieron 37, y en el de Sevilla cubrieron el turno de tarde 17 de los 18 convocados.

Además de los trabajadores de los centros de control, la suma total de 267 que estaban ayer tarde de servicio para gestionar el tráfico aéreo en España la componen los trabajadores de las torres de control de los aeropuertos y de las distintas regiones aéreas.

Incidentes

Un centenar de pasajeros que deberían haber volado el pasado sábado desde el aeropuerto de El Prat a Bogotá intentaron ayer forzar la facturación en un avión de esta compañía. Una veintena de Mossos d'Esquadra se desplegaron en los mostradores de la terminal T-1 para evitar disturbios.

Los protagonistas son personas que el pasado sábado tenían que subir a un avión de Avianca con destino a Bogotá que se canceló a causa del paro y a quienes no se les facilitaba billete hasta el día 20.