La sección tercera de la Sala de lo Penal la considera autora del atentado y la condena por los delitos de estragos terroristas, detención ilegal y robo, pero la absuelve del de integración en banda terrorista, ya que estima que ya había sido juzgada por este delito en Francia.
Según la sentencia, Mardaras, alias Leia, formaba parte en 2008 del comando Basakatu, que centraba sus objetivos en la EiTB, junto a otros dos etarras, uno de ellos Ibai Beobide, ya condenado por estos hechos y que incriminó a su compañera en su primera declaración policial.
El escrito explica que los tres confeccionaron el artefacto de 100 kilos de explosivo que luego colocaron en la sede de EiTB, en el edificio Bami de la calle Capuchinos de Bilbao.
La noche anterior a su explosión, el 30 de diciembre, los componentes del comando fueron al barrio bilbaíno de Buiagoiti con la intención de hacerse con una furgoneta para trasladar el artefacto, explica la sentencia.
Primero intentaron parar a un vehículo con una mujer que hizo caso omiso de sus órdenes de parar y aceleró, y luego amenazaron al conductor de otra furgoneta con un arma, al que trasladaron encapuchado a Arrigorriaga y lo dejaron allí amordazado y atado a un árbol, aunque el hombre consiguió zafarse y huir.
Sobre las nueve de la mañana del 31 de diciembre, se dirigieron a la televisión pública y dejaron aparcada la furgoneta con el explosivo junto a su sede.
Una hora después, Beobide llamó a los bomberos avisando de la bomba y del hombre maniatado en Arrigorriaga y finalmente a las once de la mañana el artefacto explotó, causando daños inmuebles por valor de 5 millones de euros y heridas leves a un hombre en los oídos.
La etarra huyó a Francia y fue detenida en el país galo el 30 de junio de 2009. El Tribunal Correccional de París la condenó por integración en banda armada.
La sección tercera considera probada la participación de Mardaras en los hechos en base a las declaraciones policiales de Beobide incriminándola, y aunque este último etarra luego se desdijo de sus acusaciones, la sala las cree veraces apoyándolas en un mapa hallado en casa de la mujer donde aparecían marcados los puntos donde abordaron a los coches y donde trasladaron al conductor para maniatarlo.
Este mapa constituye, insiste la sala, una prueba de cargo suficiente para condenarla por esta acción, en unión con las acusaciones de su compañero de comando.
Por estos hechos, la sección tercera, presidida por Alfonso Guevara, condena a Mardaras a 15 años de cárcel por un delito de estragos terroristas, 10 años por detención ilegal y cuatro años y medio más por uno de robo con violencia. La Fiscalía pedía para ella una condena de 35 años y medio de prisión.
Durante el juicio celebrado el pasado día 8, la etarra afirmó que no estaba en la capital vizcaína el día del atentado, ya que se había marchado a Francia por miedo a que la detuvieran por su relación con la organización juvenil Segi.
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