Diez días después de las elecciones del 24 de mayo y cuando aún están en el aire los pactos postelectorales, los líderes nacionales se han arremangado y se han implicado en las conversaciones, con reuniones a dos bandas entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez y entre éste último y Pablo Iglesias.
Si este martes se conocieron las entrevistas del presidente del Gobierno y del secretario general del PSOE con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, este miercoles se ha difundido -también sin convocatoria a los medios- la comida de Rajoy con Sánchez en el Palacio de la Moncloa, donde, según las fuentes consultadas, se ha hablado de la situación del país tras el 24M, pero no de pactos.
La reunión entre Rajoy y Sánchez -la tercera que mantienen desde que éste asumiera el cargo en julio de 2014- ha durado hora y media y ha servido para intercambiar puntos de vista sobre la situación política de España tras las elecciones.
A pesar del complejo mapa territorial que surgió de las urnas por la ausencia de mayorías absolutas, ambos dirigentes no han hablado de pactos, una materia en la que los socialistas no quieren ningún acercamiento con los populares.
De hecho, minutos antes de esa reunión Sánchez ha descartado que el PSOE participe en ninguna «táctica» del PP en Andalucía para garantizar la investidura de Susana Díaz a cambio de gobiernos del PP en varias capitales.
Lo que ha pedido Sánchez a Rajoy es un cambio total en las políticas del Gobierno de aquí a final de legislatura, no solo un cambio de caras o de nombres.
La visita de Sánchez al Palacio de la Moncloa ha precedido a su encuentro con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, previsto para última hora de la tarde, en un lugar «neutral» no especificado y al que tampoco se ha convocado a los medios de comunicación.
No obstante, la dirección de Podemos se ha encargado de enfriar horas antes las expectativas al adelantar que no habrá acuerdos concretos en dicha reunión.
Será la primera que mantengan Sánchez e Iglesias, como este martes fueron las primeras entrevistas de Rivera con Rajoy y con el secretario general del PSOE, quien ha apuntado ante los medios que el objetivo no es llegar a acuerdos, sino generar «espacios de confianza».
En verdad, a quien ha dirigido sus principales mensajes el líder del PSOE es a Albert Rivera, a quien ha pedido «pasar de las palabras a los hechos» y ayudar al PSOE a desbancar al PP en Madrid, en la Comunidad Valenciana y en Murcia.
El principal objetivo del PSOE es la Comunidad de Madrid, donde el cambio es «una exigencia moral» y donde Ciudadanos puede apoyar a «irreprochable, ejemplar, honesta e independiente», términos con los que ha definido a Ángel Gabilondo.
Rivera, por su parte, ha subrayado las «dificultades» para llegar a acuerdos con el PP y el PSOE en la Comunidad de Madrid, en el primer caso por la corrupción y en el segundo porque Gabilondo necesitaría también el apoyo de Podemos.
Entre tanto, siguen las negociaciones en cada territorio y en la Comunidad Valenciana se ha producido la segunda reunión entre el PSPV, Compromís y Podemos para tratar de alcanzar un gobierno de izquierdas.
Avanza en Navarra el proceso para que la candidata de Geroa Bai a la presidencia del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, consiga el acuerdo multipartito para ser investida, un pacto que pretende forjar en dos semanas y en el que quiere contar con el PSN.
También parece tener el camino despejado Guillermo Fernández Vara en Extremadura, pues cuenta con la abstención del PP en su investidura y hoy ha obtenido de Ciudadanos el compromiso de que ese partido «será responsable».
En Asturias, el socialista Javier Fernández parece decantarse por un acuerdo en minoría con IU a la espera de reunirse mañana con Podemos, partido cuyo apoyo le daría mayoría absoluta, pero cuyo máximo responsable regional, Emilio León, ya ha apuntado que ve «muy difícil» que el PSOE asturiano dé el «giro de 180 grados» que le reclama para llegar a acuerdos.
El próximo lunes 8 será una fecha clave en Castilla-La Mancha con la primera reunión del candidato socialista, Emiliano García-Page, con el responsable regional de Podemos, José García Molina, aunque ambos partidos han avanzado en los últimos días en cuestiones programáticas y ayer firmaron un comunicado conjunto.
Más difícil será que ERC apoye a Barcelona en Comú (BComú) en la Alcaldía de la capital catalana después de que la candidata, Ada Colau, haya descartado adherirse al pacto de la hoja de ruta para la independencia, condición que le había puesto el presidente de ERC, Oriol Junqueras.
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