La portavoz de la CUP en el Parlament catalán, Anna Gabriel, en una imagen de archivo. | Archivo

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Diputadas de la CUP en el Parlament catalán y militantes han alertado este miércoles de los «ataques machistas» e insultos a su imagen física que reciben de sectores políticos y mediáticos, y han avisado de que lucharán para construir una república catalana feminista.

Lo han hecho en una multitudinaria rueda de prensa en la que han participado -entre otras- las diputadas Anna Gabriel, Eulàlia Reguant, Gabriela Serra, Mireia Vehí y Mireia Boya, además de la representante de Arran Natàlia Càmara y la de Endavant Maria Colera.

«Soy Anna Gabriel. Puta, traidora, amargada y malfollada por querer unos Països Catalans libres y feministas, y dejar claro que frenaremos a la derecha y que queremos lejos a la extrema derecha», ha dicho, recopilando los principales insultos que ha recibido desde que es diputada, especialmente durante las negociaciones CUP-JxSí.

Las diputadas y militantes han pasmado en un manifiesto su rechazo a los insultos: «En los últimos meses hemos vivido una eclosión machista especialmente visceral en un momento de gran tensión política en el que nuestras compañeras han tenido proyección mediática y protagonismo».

La CUP entiende que el objetivo de los insultos y las críticas es el de «desacreditar y desautorizar» a sus diputadas mediante ataques a través de los medios de comunicación y las redes sociales a su físico y no a sus ideas, discursos o quehaceres.

«Yo soy Eulàia Reguant. Retrasada, estúpida y tonta por defender una educación y una sanidad 100% públicas y de calidad», ha lamentado la diputada, que, como sus compañeras, defiende que las mujeres sean tratadas como sujetos y no objetos.

Las descalificaciones de carácter «claramente político» que reciben las diputadas de la CUP forman parte de una ofensiva política y mediática contra las mujeres que han descrito como asquerosa, machista, violenta, y extensiva al conjunto de mujeres.

«Cuando nos atacan a una de nosotras nos están atacando a todas», como por ejemplo a la líder de C's, Inés Arrimadas, que a menudo es objeto de críticas y desacreditaciones por su aspecto físico, que impiden que se la juzgue por su valía profesional, ha destacado Colera.

Luchar por los derechos

El manifiesto destaca que los insultos no frenarán la labor de las diputadas, que no están en política «para hacer bonito o gustar, sino para luchar por los derechos de las mujeres y los de la colectividad», y critica el silencio generalizado que hay ante las críticas.

Tanto las diputadas como las militantes han destacado la necesidad de dejar de juzgar a las mujeres por su aspecto físico: «Yo soy Gabriela Serra. Vieja, fea y gorda. Pero quiero que se me juzgue por llegar a los 64 años implicada en las luchas activistas».