Imagen del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el homenaje este domingo al president Lluís Companys en el 77 aniversario de su fusilamiento. | Reuters

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El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, agota el plazo que le dio el Gobierno y que concluye a las 10:00 horas de este lunes para que aclare si proclamó la independencia de Cataluña, una respuesta de la que depende que el Ejecutivo active la segunda fase del artículo 155 de la Constitución.

Antes de esa hora, Puigdemont tiene que hacer llegar al Gobierno su contestación respecto a si en su intervención del pasado martes en el Parlament proclamó o no esa independencia.

El Ejecutivo le reclama una respuesta «clara y sencilla». Si contesta con un sí, tendría de plazo hasta el jueves a la misma hora para echarse atrás antes de que el Gobierno avance en la aplicación del artículo 155 del texto constitucional.

Lo mismo ocurriría en caso de que diera una respuesta ambigua, ya que el Ejecutivo ha dejado claro que también seguiría adelante con esa medida.

En ese sentido, fuentes del Gobierno recalcan que no la frenaría que el presidente de la Generalitat enviara una carta en la que no contestara claramente o repitiera sus palabras ante el pleno del Parlament.

En ellas dijo que asumía el «mandato del pueblo» para que «Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república», pero, acto seguido, propuso «suspender los efectos de la declaración de independencia» para abrir la puerta al diálogo

Puigdemont sólo podrá evitar por tanto la aplicación del artículo 155 si responde claramente que no declaró la independencia o, si lo hizo, si se retracta de ello.

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El presidente de la Generalitat no aclaró este domingo el sentido de esa respuesta en sus palabras con motivo de un homenaje al que fuera presidente de la Generalitat Lluis Companys en el 77 aniversario de su fusilamiento.

En ellas, reivindicó la paz, el civismo, la serenidad y la firmeza democrática frente «a la bajeza del franquismo», e indicó que sus próximas decisiones estarán inspiradas en estos valores.

Ante esa intervención, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, subrayó que el Gobierno espera «hechos reales» y no «palabras vacías que suenen bien», puesto que basar sus decisiones en «la paz, la firmeza y la democracia» sólo puede entenderse «dentro de la ley».

Fuentes del Ejecutivo evitaron hacer más interpretaciones de esas palabras y recalcaron que esperan la respuesta que ha de remitir Puigdemont con el deseo de que «acierte» y no prolongue la incertidumbre en la que consideran que ha sumido a la sociedad catalana.

Si este lunes no hay una contestación satisfactoria para el Gobierno, éste, según las mismas fuentes, consideraría que el presidente de la Generalitat tendría hasta el jueves una «última oportunidad».

A partir de entonces, ya no habría vuelta atrás y el Consejo de Ministros debería decidir las medidas concretas que pretende poner en marcha en aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Unas medidas que las fuentes citadas aseguran que se están ultimando tras un «estudio pormenorizado» de todas las opciones que existen pero que evitan enumerar porque, recordando las palabras de la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado viernes, recalcan que hay que ir paso a paso y no adelantar acontecimientos.