En mayo, investigadores del Instituto de Inmunología de La Jolla en California (Estados Unidos) documentaron una importante reactividad cruzada en individuos no expuestos al virus, sugiriendo que las personas que han pasado un resfriado provocado por otros tipos de coronavirus también podrían tener cierta protección contra el COVID-19.
Además, este nuevo trabajo ha hallado que los pacientes que sufren de síntomas respiratorios graves como resultado de la infección por SARS-CoV-2 pueden generar rápidamente células T que atacan al virus, y pueden aumentar esta producción con el tiempo.
En conjunto, estos nuevos datos abordan la pregunta mal entendida de si las respuestas de las células T específicas del SARS-CoV-2 varían en los pacientes a lo largo del tiempo dependiendo de la gravedad de la enfermedad, y ayudan a responder si los pacientes con síntomas más graves pueden generar células T protectoras específicas del virus en absoluto.
El estudio también proporciona nuevas pistas sobre las células responsables de las respuestas inmunitarias excesivas, incluidas las «tormentas de citoquinas» que ponen en peligro la vida, y también podría ayudar a fundamentar el diseño de la vacuna.
En su trabajo, publicado en la revista 'Science Immunology', los investigadores extrajeron células sanguíneas de 10 pacientes a intervalos semanales, comenzando poco después de que fueran ingresados en la UCI para el COVID-19 y expusieron estas células a «megapilas» de epítopos conocidos del SARS-CoV-2, una técnica destinada a capturar una gran fracción del total de células T reactivas al virus.
Encontraron células T ayudantes CD4+ específicas del SARS-CoV-2 en los 10 pacientes y células T «asesinas» CD8+ en 8 de cada 10 pacientes, y caracterizaron la producción de las células de citoquinas específicas desencadenantes de la inflamación. Las respuestas más fuertes de las células T se dirigieron a la glicoproteína de superficie de la espiga (S) del virus, lo que apoya los trabajos anteriores que han señalado a la proteína S como un objetivo prometedor para inducir células T específicas del virus.
Además, el examen de todos los pacientes a los 0, 7 y 14 días de su inclusión en el estudio reveló que las células T específicas del SARS-CoV-2 estaban presentes relativamente pronto durante el curso de la infección y aumentaron en estos pacientes con el tiempo. Utilizando la misma técnica de estimulación de células T en controles sanos emparejados por edad, los investigadores encontraron células T reactivas al SARS-CoV-2 en 2 de los 10 individuos.
Basándose en sus hallazgos, los autores señalan áreas prometedoras para el trabajo futuro, incluyendo una investigación de cómo las células T preexistentes específicas del SARS-CoV-2 en controles sanos se correlacionan con la protección contra la enfermedad COVID-19, así como la identificación de los tipos de células T responsables de las tormentas de citoquinas.
6 comentarios
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Las calles de Palma huelen a meado de perro. Tan difícil sería llevar una botella de agua para aclararlo??
Entonces si nuestro cuerpo genera naturalmente anticuerpos ¿para qué vacunarnos?
esta noticia tiene la pinta de haber sido un reclamo para que les concedan fondos para proseguir un proyecto de investigación, que puede ser prometedor o no. Si después no se publicitan conclusiones promueven escepticismos. Aunque bienvenida sea la investigación. si no sirve para ampliar conociendo de los virus seguro que tendrá otáras utilidades, como los fueron los linfocitos T en su día en relación con linfomas y con transplantes.
El comentario de replicante es magnifico , Mucho mejor y mas claro que todo el articulo
Como Covid Bowie por ejemplo !!!
Un estudio realizado sobre sólo diez pacientes no se sostiene, pero la hipótesis es muy interesante. Siempre hay reactivos cruzados. Los virus nos atacan tanto, porque tienen nuestra llave: ni siquiera estamos seguros de que puedan ser clasificados como seres vivos: en realidad son sólo cadenas de ADN que tienen la “orden interna” que les capacita para replicarse. Pero como no tienen las características completas, necesitan una célula a la que poder colonizar para iniciar su proceso de replicación. Por eso son tan dañinos para nosotros.