Jordi Soriano (d), de 51 años, es el primer paciente de COVID en España, al que se le ha sometido con éxito a un trasplante pulmonar en España, tras contagiarse en la tercera ola de la pandemia y permanecer más de cuatro meses en la UCI. | Efe

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Tras casi cuatro meses en la UCI por una infección grave de coronavirus que destrozó sus pulmones, Jordi, de 51 años, fue sometido al primer trasplante de este órgano a un paciente de COVID en España, en el Hospital Vall d'Hebron, gracias al cual ya está a punto de volver a casa.

Jordi no tenía ninguna patología respiratoria cuando se infectó de coronavirus el pasado enero, durante la tercera ola, y fue ingresado primero en el Hospital de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) con una neumonía bilateral grave.

Tras casi cuatro meses en la UCI con apoyo de máquinas para respirar porque sus pulmones destrozados por el coronavirus ya no se podrían recuperar, expertos del Hospital Vall d'Hebron lo visitaron en Bellvitge para ver si podía ser candidato para un trasplante.

El paciente fue trasladado al Vall d'Hebron y, gracias a la generosidad de la familia de un fallecido que aceptó donar el pulmón, enseguida pudo recibir el órgano, en una cirugía que fue más compleja de lo habitual por la inflamación provocada por el coronavirus, ha recordado este viernes en una rueda de prensa el jefe de cirugía torácica y trasplante de pulmón del Vall d'Hebron, Alberto Jáuregui,

«La cirugía fue bien, en pocos días se le pudo retirar el ECMO -máquina que sustituye temporalmente la función pulmonar para que el órgano pueda descansar y a la que estuvo conectado 122 días- y al cabo de pocos días más se le retiró el oxígeno», ha indicado Jauregui.

Con el programa de fisioterapia precoz de Vall d'Hebron, Jordi empezó a hacer bicicleta en la misma UCI doce días después de la intervención.

Después de 127 días en la UCI, Jordi ya está en planta y «en una semana o poco más» ya estará listo para irse a casa, ha pronosticado Jáuregui.

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El especialista ha indicado que a estas alturas todavía no se sabe con exactitud por qué pacientes sin ninguna patología respiratoria, como es el caso de Jordi, acaban en una situación tan extrema de COVID, hasta el punto de requerir un nuevo pulmón.

Si bien hay elementos como la obesidad o estar inmunodeprimido que incrementan el riesgo de sufrir COVID severa, quedan preguntas por responder, ha admitido.

Por su parte, la doctora Judit Sacanell, referente en la UCI en trasplante pulmonar, ha señalado que en el caso de Jordi «no había otra opción» porque sus pulmones no tenían capacidad de recuperación por sí solos, por lo que era el «candidato ideal» para recibir un nuevo órgano.

Aunque sea un caso excepcional, el de Jordi «es el primero, pero seguramente no será el último», según Sacanell, porque si bien ha admitido que es difícil pronosticar cuántos habrá en un futuro, también ha recalcado que el trasplante supone «una puerta de esperanza» para posibles pacientes sin capacidad de recuperación del pulmón.

Por su parte, el doctor Carles Bravo, coordinador del programa de trasplante pulmonar del servicio de neumonología, ha señalado que implantar un nuevo órgano se presenta en algunos casos como «la única opción de salvación», sobre todo en pacientes aún jóvenes que no logran recuperar la función respiratoria.

Según los primeros datos, todo indica que los trasplantados tras haber sufrido COVID tiene porcentajes de supervivencia similares a los que han recibido un pulmón por otras patologías, ha detallado.

Por su parte, la supervisora de enfermería en la coordinación de trasplantes, Carme Vallès, ha querido recordar la «generosidad» de la familia del donante, que «en un momento de máximo dolor» autorizó la extracción del pulmón.

Podemos tener toda la tecnología del mundo y los mejores profesionales pero si no hay donante, no hay trasplante», ha enfatizado.