La asociación Som Prematurs, creada en 2015 para agrupar a padres y madres de los niños que nacen antes de las 37 semanas de gestación, reclama una «separación cero», sobre todo después de las restricciones de la pandemia pues, a su parecer, el roce también afecta al desarrollo cognitivo de los bebés. Con motivo de la celebración mañana, miércoles, del Día Mundial de la Prematurez, la asociación, que agrupa a 150 familias con niños prematuros, ha lanzado la campaña «Separación cero. Juntos para un mejor cuidado», con la que quieren presionar a los hospitales para que dejen a los padres y madres de prematuros acompañarlos en todo momento, y ambos a la vez.
«Es una necesidad para los bebés prematuros recuperar la normalidad, y nuestro objetivo de cara a 2022 es que los padres y madres puedan estar juntos y en contacto ilimitado con los niños prematuros ingresados en los hospitales», ha explicado a Efe la presidenta de Som Prematurs, Elisabet Farga. Los bebés prematuros, los que nacen antes de la semana 37 de gestación, pueden llegar a vivir meses en incubadoras para garantizar su correcto desarrollo, y la implicación y cuidado de los padres inciden en la recuperación y reducen las posibles secuelas, ha asegurado Farga. «Es importante restaurar el vínculo que ha roto la pandemia, que es beneficioso para el correcto desarrollo cognitivo de los recién nacidos», insisten desde la asociación.
Desde que empezó la pandemia, la entidad ha colaborado con los centros y ha ofrecido apoyo a las familias a través de sesiones de acompañamiento en línea, una ayuda que antes prestaban en los propios hospitales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros, una cifra que está aumentando y que es una de las principales causa de defunción en los niños menores de cinco años. La tasa de nacimientos prematuros oscila entre el 5 y el 18 % de los recién nacidos, según cada país. La OMS considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan cumplido 37 semanas de gestación y los divide en prematuros extremos (menos de 28 semanas), muy prematuros (28 a 32 semanas) y prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas). Muchos de los bebés prematuros que sobreviven sufren algún tipo de discapacidad de por vida, en particular, discapacidades relacionadas con el aprendizaje y problemas visuales y auditivos.
La asociación es la única en España que ha firmado convenios con diferentes hospitales para llevar a cabo este acompañamiento en las salas de incubadoras y la tercera de España que se ha adherido a la campaña de la Fundación Europea para la Atención de Recién Nacidos (EFCNI), una red de organizaciones de padres y pacientes que aspira a la difusión de estándares uniformes en toda Europa respecto al cuidado y seguimiento de los bebés prematuros. La EFCNI acaba de publicar un estudio mundial para denunciar el efecto de la pandemia en el desarrollo de los bebés prematuros a través de la experiencia de los progenitores. El estudio concluye que las restricciones han supuesto «un estrés para las familias a través de altas a bebés con padres poco preparados para un cuidado tan delicado.»
«Si miramos los datos, aunque no estamos tan mal como otros países, España suspende y nos hace falta una reflexión respecto al tema para que no pase lo mismo en una posible futura pandemia», ha declarado Elisabet Farga. En España, el 52 % de las madres encuestadas indica que no se le permitió tener el apoyo de su pareja o acompañante durante el parto, un 64% de los progenitores no podían visitar juntos a sus bebés en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) y otro 64 % de los encuestados sintió que las restricciones impuestas por la pandemia le dificultaron estar junto a su hijo.
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